La Patagonia Argentina enfrenta una de las mayores crisis ambientales de su historia: desde hace poco más de un mes, un enorme incendio que abarca 3 provincias y ya afectó a casi un millón y medio de hectáreas.
Los focos de incendio se multiplicaron en las provincias de La Pampa, Río Negro y Buenos Aires. Aunque no haya cifras definitivas que permitan comparar magnitudes, las autoridades no descartan que se trate de uno de los mayores desatres de estas características que hayan afectado al país.
Se registraron más de 130 incendios en 10 jurisdicciones, y Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) contabilizó 1.400.000 hectáreas en las provincias afectadas. Esto es más de 60 veces la superficie de la Ciudad de Buenos Aires.
Estas son algunas de las impactantes imágenes del fuego:
El clima extremo (en todo el país se estuvieron registrando temperaturas inusualmente elevadas y escasas lluvias) fue uno de los factores que impidió que las brigadas de bomberos controlaran el incendio.
A fines de la semana pasada, la mayoría de los focos parecían controlados con ayuda de la baja en las temperaturas, pero muchos volvieron a reavivarse.
Al mismo tiempo que gran parte de la Argentina se incendia, otra parte se inunda (es el caso por ejemplo de la provincia de Santa Fe).
Por eso, es inevitable señalar que el cambio climático, por una parte, y la parte de previsión ante posibles incendios, por el otro, son dos factores que contribuyeron a la catástrofe.
Mientras que los bomberos continúan intentando apagar el fuego, la población lamenta los daños (tanto a la producción agrícola como al patrimonio natural), y otra vez es el planeta el que paga las consecuencias de que no exista conciencia sobre el cambio climático y tampoco se tomen medidas de prevención a tiempo.