En 2015, la profesora estadounidense Nancie Atwell se convirtió en la primera ganadora del Global Teacher Prize (un premio que podría considerarse "el nobel de la educación"). Fue merecedora de un premio de 1 millón US$ concedido por la Fundación Varkey a "una innovadora y cariñosa maestra que ha tenido un impacto inspirador en sus estudiantes y comunidad".
Actualmente, Nacie vuelve a ser noticia, ésta vez por haber conseguido un objetivo que cualquier programa educativo del mundo envidiaría: sus estudiantes leen un promedio de 40 libros al año. Y lo hacen porque quieren.
Los estudiantes concurren al Center for Teaching & Learning (CTL), en Maine, del que Nancie es fundadora, y están en el 7º y el 8º grado (tienen entre 11 y 14 años). Su promedio de lectura es excelente, ya que en Estados Unidos el promedio de libros leídos al año por los jóvenes, teniendo en cuenta los que leen por obligación, ronda los 10.
El método utilizado para atraer a los niños hacia la lectura es sencillo: según la profesora, las claves son una oferta variada que contemple los intereses diversos de los niños; y una disponibilidad de tiempo y espacio para leer en la escuela.
De este modo, los estudiantes del instituto cuentan con un tiempo libre de otras obligaciones para dedicar a la lectura, y lo hacen en un espacio diseñado para eso: sillones y cojines cómodos, distintos de los asientos en los que permanecen durante las otras horas de la jornada escolar, una biblioteca atractiva y un ambiente tranquilo. Además, Nancie confía en que el hábito de la lectura comience en la escuela y se afiance en casa.
"La clave es que sean ellos los que deciden qué leer", explica Atwell. "Mis estudiantes devoran los libros porque la biblioteca del aula está llena de historias interesantes, porque disponen de tiempo a diario para leer en la escuela y porque confío en que sigan leyendo en casa todas las noches".