Crecer es asumir responsabilidades. A medida que pasa el tiempo, son cada vez más las cosas de las que hay que hacerse cargo.

Antes esta situación, cada uno actúa de maneras diferentes. La manera en la que te enfrentas a la responsabilidad habla también de cómo te tomas la vida en general.

Si quieres saber cuál es tu relación con la responsabilidad, te proponemos este test: elige qué zapato te pondrías todos los días. Eso hablará de cómo enfrentas las obligaciones.

1. De forma realista y sensata

Si elegiste la imagen número 1, sin duda eres un alma libre. Sabes que la vida es un constante fluir, por lo que te tomas las cosas con calma, y las ves como son.

La responsabilidad no te asusta, y puedes ser la persona más eficaz en lo que estés haciendo si crees que es lo indicado en ese momento. Pero no cargas demasiada presión sobre las espaldas.

Entiendes que lo importante es vivir los momentos, y no dejarse arrollar por ellos. Para ti el trabajo, el estudio, las responsabilidades en general son herramientas, no son fines en sí mismos.

No tomas responsabilidades porque te gusta, sino porque tienes que hacerlo. Entonces, sabes disfrutarlas y que no sean una carga.

2. Con ansiedad, pero también eficacia

Eres la clase de persona que, cuando asume una responsabilidad, va hasta la médula. Eso te convierte en alguien muy eficiente, a quien buscarían en cualquier empresa.

Sin embargo, eso puede generarte mucha ansiedad. Te exiges demasiado, y a veces no eres consciente del desgaste que puedes sufrir por hacerlo todo bien.

No te permites ser mediocre, todo lo que hagas tiene que ser perfecto. Por eso casi siempre logras resultados increíbles.

Pero ten cuidado, porque también debes pensar en ti, y cuidar tu salud física y mental. Sobreexigirte puede terminar llevándote a querer dejarlo todo.

3. Dando todo, si es lo que te gusta


Si elegiste la imagen 3, entonces eres de aquellos que tratan de esquivar las responsabilidades que le desagradan. No te gusta asumir compromisos que no van con tu forma de ser.

En cambio, cuando se trata de algo que te gusta, lo das todo. No te importa resignar cualquier cosa para que eso salga bien.

En verdad, lo que no te gusta son las responsabilidades impuestas. En ese sentido, tienes las ideas muy claras y no te dejas llevar por el entorno. No importa cómo juzguen tu manera de actuar: lo que te importa es ser fiel con tus propios principios.

Algunas personas estructuradas pueden tildarte de irresponsable, pero esa no es la realidad. Simplemente eres selectivo.