En las noches, la luna de otoño resplandece con distintas intensidades. Es la temporada del año donde el frío es el protagonista. De igual forma, los fantasmas y residentes de la oscuridad retornan a la escena nocturna. Antiguamente, los celtas se servían de la prosperidad de esta temporada para celebrar a sus muertos. Para ellos, la separación entre el ámbito espiritual y el terrenal era muy pequeña. Por ello, anualmente se reunían durante el Samhain: La fiesta de la cosecha celta para conmemorar a los muertos.
¿Qué es y cuándo se festeja el Samhain?
Inicialmente, el Samhain se consideró por la iglesia una celebración pagana; a pesar de que sus orígenes provenían de la antigüedad. En Europa fue condenada como parte de las celebraciones que se apartaban de la fe, atrayendo demonios que atormentaban a las almas humanas.
Las festividades con relación a la cosecha, sin embargo, no estaban centradas en la invocación de espíritus malignos. Al contrario, se trató de reencontrarse con las personas que ya no estaban en el plano terrenal. A diferencia del Día de Muertos, la cultura celta se enfocó en establecer el comienzo de la “temporada oscura del año”, asociada al invierno.
Entendiéndose por “oscura” a la escasez física de luz presente en esta época sobre las latitudes más altas del hemisferio norte. “Los celebrantes creen que las barreras entre el mundo físico y el mundo espiritual se rompen durante Samhain, lo que permite una mayor interacción entre los humanos y los habitantes del Otro Mundo”. Así fue comentado por History.
De hecho, la cultura celta consideró esta temporada la más importante de las cuatro festividades del festival del fuego. Como sucede entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno, existían más probabilidades de que los espíritus se reunieran con sus familiares en la Tierra. Por ende, los vivos creían que era más apropiado y sencillo conmemorar a los espíritus el 31 de octubre, todos los años.
¿Cómo se asocia con el Halloween?
Aún con la oposición religiosa, la festividad celta del Samhain fue adquirida por los cristianos, siendo convertida en Halloween. Así como ocurría en las celebraciones del fuego celta, las personas comenzaron a colocarse máscaras. Este hábito pasó rápidamente a disfraces que representaran tanto espectros, seres del más allá, como íconos públicos.
Para ello, la antigua cultura celta tuvo que trasladarse acompañados de los irlandeses que migraron al continente americano en el siglo XIX. Aunque inicialmente el uso de las máscaras y los disfraces era para protegerse de los malos espíritus, actualmente son utilizados con fines recreativos.
A pesar de que la celebración no se acopla completamente a la tradición celta original, distintas características se plasman alrededor del Halloween. No obstante, algunos brujos Wiccan tratan de continuar la celebración original en Estados Unidos. De igual forma en Irlanda que, aunque se considera un culto pagano, se encienden el 31 de octubre, en conmemoración a las almas que han partido de este mundo.