Hay personas que dicen que si amas lo que haces, nunca tendrás que trabajar un solo día de tu vida. Hay otras que dicen que no odias los lunes, odias tu trabajo -o directamente al capitalismo-. Bueno, pues según la ciencia, esas dos personas están viviendo una ilusión fuera de la realidad, pues no importa si tienes el trabajo de tus sueños o si estás haciendo lo que más amas en la vida.
Si tu rutina laboral es como la del resto de la gente y vives lo que conocemos como “fines de semana”, el lunes está hecho para ser odiado. La antipatía del lunes, la necesidad de que nadie te hable hasta después de las 10 de la mañana y el sentimiento de que el día es eterno no son cosas personales, millones comparten el sentimiento y eso ha despertado la curiosidad de expertos que han buscado una explicación a porqué a pesar de tener un gran trabajo o de vivir un fin de semana tranquilo, el lunes nunca puede alegrarnos.
Tus hábitos de sueño
Mucha gente tiene que despertar muy temprano entre semana. Ya sea porque tiene hijos, trabaja lejos de donde vive o necesita hacer muchas cosas antes de comenzar a laborar, su patrón de sueño difiere al del fin de semana que es cuando intenta recuperar esas horas perdidas. Pero ese cambio en el patrón de sueño hace que el lunes que se regresa “a la normalidad” la gente se sienta mucho más cansada de lo normal.
Extrañabas a la tribu
Desde que el hombre era un animal parecido a los chimpancés, fue social. Está en nuestra genética el necesitar entablar relaciones con otras personas, pero cuando creas un lazo con un grupo con el que compartes gran parte de tu tiempo cinco días a la semana, es como regresar a esas tribus del pasado. Los lunes, aunque sólo hayan pasado dos días de que se separaron, necesitan ponerse al corriente de lo que ha pasado entre ustedes.
Por eso los lunes la gente tiene más necesidad de hablar y contar chismes, y cuando algo impide eso, tal como el trabajo o el estudio, la gente se siente más irritada.
Cambios abruptos
Puede que todos los días sean horribles, pero la gente siempre recuerda el lunes como el peor. En un experimento se le pidió a la gente que registrara sus emociones por intervalos y cada día podía ser tan terrible como el anterior excepto el viernes porque se anticipa la felicidad del fin de semana, pero el lunes todos lo marcaban como el peor.
Eso es porque mientras poco cambia del miércoles al jueves, mucho cambia del domingo a lunes y la gente lo ve como un peor día.
Culpa
El cuerpo resiente lo que sucedió el fin de semana. Mucha gente cuida su dieta de lunes a viernes, pero el fin de semana rompe las reglas y come lo que quiera además de beber mucho más. Un estudio estadounidense demostró que todas las mujeres, sin importar su edad o locación se sienten menos atractivas los lunes ante cualquier otro día de la semana.
Odias tu trabajo
Esto es lo único que le da un poco de razón a las personas mencionadas al principio del texto. La gente que no está feliz con su trabajo puede sufrir de ataques de ansiedad y depresión los domingos por la noche, pues el temido regreso a un lugar infernal se acerca. El lunes, sin embargo, es aún peor, pues esos efectos no se van y llevan a un muy improductivo lunes.
Se ha demostrado que el día en que más solicitudes de trabajo se envían es en martes, pues la gente vivió lo que consideran el peor lunes de su vida y están listos para salir de ahí en cualquier momento. ¿Y tú, porqué odias los lunes?