Las relaciones nunca son sencillas. Desde el primer contacto en la adolescencia, en la que creemos que esa persona representa todo por lo que vivimos, hasta los cínicos años en los que “sabemos” que nunca podremos volver a amar. Por eso debemos escoger nuestras relaciones con sabiduría. Con el tiempo el es mucho más difícil dejar que cualquiera se convierta en la persona con la cual compartimos la mayoría de nuestro tiempo.

¿Y si todo el tiempo estuvo frente a nosotros?

Seguramente tu mejor amigo o mejor amiga llegó de una forma inesperada y ahora creen que es todo lo que hay, que una fuerte amistad vale más que una relación perdida pero, ¿no será que es justamente a la persona que deberías ver con otros ojos?

Las relaciones meramente amistosas existen. Es injusto pensar en un mundo en el que hombres y mujeres o personas que podrían atraerse física e intelectualmente no puedan estar juntas bajo el único manto de la amistad, pero sin duda, muchas veces lo que comienza como algo platónico tiende a rayar en el romance, claro, antes de que uno de los dos cierre esa posibilidad por completo.

Sin embargo, si esa es la reacción que has tenido o que han tenido contigo, puede que sea momento de que reconsideres las cosas. Estudios han demostrado que mientras más crece la gente, considera que su pareja es su mejor amigo. ¿A qué se refiere esto? El paso del tiempo desarrolla una intimidad mucho más fuerte que cualquier amistad, dando paso a que la relación sobrepase el concepto de “pareja” y “amor”, permitiendo que la amistad sea una pieza clave en la relación.

Esto parece obvio, pero basta pensar en las relaciones del pasado, muchos, cuando éramos más jóvenes, teníamos una pareja y además un mejor amigo o amiga, incluso considerábamos impensable el reemplazar a nuestra amistad por alguien más –lo cuál seguramente generó mucha fricción entre tu ahora expareja y esa amistad.

Según una estudio realizado en Estados Unidos durante 2017, el 88 % de las parejas casadas decía que su pareja era su mejor amigo. Mientras la edad disminuía, eran menos las parejas que pensaban así, pero eso nos da una idea de la mentalidad que desarrollamos a largo plazo. En lugar de buscar más y más relaciones, las pocas que nos quedan son algo esencial en nuestra vida, y nuestro mejor amigo bien podría ser la persona con la que despertamos todos los días.

El mismo estudio demostró que muchas de las parejas que permanecen casadas considera a su otra mitad su más importante amistad. ¿Es el amor el que transforma la amistad o es la amistad la que salva al amor?

Fuente:

The Conversation