Nota por Martina Álvarez
Instagram @martinaalvarezmar


Siempre me dio curiosidad y a la vez un poco de miedo pensar en el mar a la noche. La primera vez que hice un buceo nocturno fue en México. Subí al barco en el atardecer, justo antes de que oscurezca. Cuando llegamos al punto de buceo, la noche nos alcanzó y ya no quedaba más luz que la de las estrellas.

Entré a las aguas del Caribe con la respiración apurada y la linterna bien agarrada a mi mano. La imagen de cada persona con una luz en la mano flotando en el fondo del mar oscuro daba la idea de expedición y aumentaba la adrenalina. Al principio no podía ver nada, pero, a medida que descendía, los ojos se fueron acostumbrando a la oscuridad del mar y me encontré con un lugar increíble.

Conocía ese arrecife pero de noche parecía un lugar nuevo. Los colores se aprecian mejor con la linterna porque no se pierden con el azul del océano sino que contrastan con la oscuridad. Hay algas pequeñas y animales a los que les atrae la luz y la siguen sin intimidarse. Después de repetir la experiencia varias veces confirmé que de noche todo tiene una perspectiva diferente.

Es sorprendente cómo los comportamientos de los animales cambian. Cuando el sol se esconde, al igual que nosotros, algunos peces duermen y descansan pero otros se encuentran activos porque es la hora de la caza. Se puede ver los cangrejos moverse de un lado a otro con sus pinzas abiertas buscando algo para comer.

Encontrar un pulpo es un gran espectáculo nocturno. Es increíble verlos arrastrarse con sus 8 tentáculos y más aún si se los encuentra cazando o alimentándose de crustáceos. Son animales que generalmente se refugian durante el día en sus cuevas.

(Mira el pulpo alimentándose de noche - Video por @blue.heart.gal)

Lo más mágico del océano a la noche es la bioluminiscencia, cuando aparecen luces fluorescentes. Durante un buceo esto sucede cuando todos apagamos las linternas en algún sitio de arena, nos arrodillamos y comenzamos a mover los brazos para agitar algas marinas microscópicas que producen luz propia.

El océano se ve negro y comienza a iluminarse por chispas de luz que bailan solas. Algunos dicen que la imagen podría asemejarse a una aurora boreal pero en el mar. La bioluminiscencia es un fenómenos natural que puede darse también en otros lugares, por ejemplo lagos, y con algunos organismos terrestres como hongos o luciérnagas.

La luna llena desde el mar también es algo grandioso. Puede verse cómo los rayos de luz lunar atraviesan el agua y alumbran el fondo. Si los ojos se acostumbran, puede que no necesitemos de la linterna (aunque siempre hay que tenerla por las dudas).

La paz que se siente a la noche es mayor que la del día. No hay ruidos de motores de barcos alrededor y te pierdes en el silencio del mar. Lo más lindo se da cuando termina la inmersión, no solo por la sonrisa con la que salimos después de haber descubierto ese mundo nocturno sino porque además flotamos mirando las estrellas desde la superficie del océano esperando que llegue el barco a buscarnos.

¿Te gustaría vivir una experiencia como ésta?