Quizás aún no lo sabías, pero la luna llena de cada mes es diferente a las demás, y en diferentes culturas han sido nombradas y honradas de diferentes maneras.
Por ejemplo, la luna de mayo era llamada por los pueblos originarios norteamericanos "la luna de las flores", y la de abril "luna rosa".
En julio, tendremos la posibilidad de ver, el domingo 9 por la noche, la luna del ciervo. Así la llamaban los pueblos amerindios, aunque también se la traduce como luna del heno o del venado. Otros pueblos la llamaban luna de los truenos, porque anuncia, en el hemisferio norte, la llegada de la época de las tormentas eléctricas.
Julio es, en el hemisferio norte, el mes en que suele surgir la nueva cornamenta del ciervo y brotar de sus frentes en las capas de piel aterciopelada.
En el hemisferio sur es diferente, porque es invierno. Para algunas personas, los nombres de las lunas deberían invertirse en el hemisferio sur, y de ese modo en julio llegaría la "luna del lobo". Pero otros prefieren conservar los nombres tradicionales, y darles nuevos significados.
La "luna del ciervo" puede verse simbólicamente como un momento del año en el que nuestra fuerza puede renacer: así como la cornamenta del venado lo hace, nuestra fortaleza interior puede crecer desde el interior.
¿Tiene algo especial al observarla?
En el cielo, no veremos nada muy diferente en la luna que lo que puede verse cada mes. Sin embargo, en aquellos países en los que ahora corre el mes más cálido del verano, es una excelente oportunidad para permanecer al aire libre, bañados de luz de luna y dejando que su energía nos llene.
¿Cuál es tu luna preferida?