Hace poco mesucedió algo que nunca había experimentado, redescubrí una canción. Más que unacanción fue una banda, LCD Soundsystem. Ya la conocía e incluso la había vistoen vivo, pero un día decidí escucharlos de principio a fin y mientras máspasaban las canciones, algo cambió dentro de mí. Mi pulso se aceleró, comencé asentir una especie de ansiedad, pero una que no me hacía sentir mal, sino queanticipaba algo; fue entonces, cuando una canción llegó a su clímax, que fueinevitable para mi no derramar una lágrima. Eso es lo que se conoce como "el síndrome de Stendhal".
Fue después de investigar sobre la experiencia que descubrí que se trataba del síndrome de Stendhal, una enfermedad psicosomática que puede causar los síntomas antes mencionados y otros como temblores, vértigo, confusión y más. Pero lo curioso es que es algo totalmente relacionado al experimentar obras de arte. Hay miles que cuestionarán la validez de las canciones de esa banda como arte, pero es por la relación personal por lo que el síndrome existe.
Realmente el síndrome de Stendhal, a pesar de no ser una enfermedad clínica oficial, tiene una validez mucho más aceptada en un circuito específico, el circuito artístico de Florencia. Con lugares como la galería Uffizi o la basílica de la Santa Cruz; y con temperaturas a veces extremas, la gente llega a tener lo que se conoce como una “sobredosis de arte”, otra forma de explicar el síndrome de Stendhal.
Esta sobredosis de arte surge después de que el viajero pasa horas caminando entre galerías y museos, absorbiendo información y al mismo tiempo debilitando el cuerpo, pero es que mientras eso puedes hacerlo en muchos lugares del mundo, Florencia es un lugar que alberga obras de Miguel Angel, Caravaggio, Giotto y más. Entre miles de obras, esculturas romanas y griegas, el espectador conoce esas obras que siempre han sido consideradas algo cumbre en la historia de la humanidad y a veces, después de horas, desfallecen ante un cuadro.
A pesar de eso, el síndrome de Stendhal se ha importado, incluso ha dejado de lado la temperatura y la cantidad de obras vistas en ese momento, románticamente se considera a esa catarsis que tenemos cuando vemos una obra de arte que nos conmueve demasiado.
Muchos ven la Mona Lisa y sólo pueden molestarse por todos los que están tomando fotografías en la sala, pero es caminando por los pasillos de los museos cuando encuentran algo que tal vez no conocen, pero que parece hablarles, esa obra de arte que transforma sus vidas y les demuestra que después de todo, sí hay cosas que no se pueden explicar.
Mi relación con el síndrome de Stendhal llegó después de horas de escuchar a una banda, cuando algo cambió dentro de mí y lo que antes era sólo música interesante se convirtió en parte de mi vida e identidad, dejándome claro que las cosas habían cambiado para siempre.
¿Has experimentado el síndrome de Stendhal alguna vez?