No es difícil recordar a la última persona que acaparó una conversación durante una plática en una fiesta. Esa que en un círuclo de amigos dice qué le pasó, cómo le pasó y cómo se sintió después de eso y que al cambiar de tema, cuando alguien más comienza a contar algo, esa persona salta de nuevo y hace que esa nueva anécdota gire en torno a ella. 

"...sí, es como a mí, que eso me pasó, pero yo estaba en Cannes hablando con Johnny Depp. ¿Ya les dije que conozco a Johnny Depp?"

Puedes pensar en muchas palabras para describir a esa persona, algunas incluso subidas de tono que no todos encontrarían adecuadas para una conversación, pero seguramente nunca habías pensado en decir que esa persona es egotista. 

El egoísmo y el egotismo

El egotismo es distinto al egoísmo.
Ambas tienen que ver con el ego, pero mientras la segunda es una proyección interna de la persona sobre cuestiones lógicas, la primera se trata de algo mucho más exagerado donde la persona exagera cualquier cosa para sentirse superior. Es una necesidad imperante de sobresalir, no sólo la persona se siente orgullosa de sí misma, tiene que hacer que los demás lo sepan, por lo que el narcisismo es algo muy común entre los egotistas. 

Otro rasgo característico puede ser la presunción. Los egotistas no temen presumir lo más mínimo acerca de ellos, ya sea su auto nuevo, su gran experiencia en la cocina (podrían ser chef's profesionales si lo quisieran) o su perfecta condición física (corren maratones sin cansarse). Aún así, esa pretensión no es más que una cortina que oculta algo que no quieren revelar a los demás. 

Todo menos inseguridad

Su comportamiento petulante y narcisista esconde la realidad de una persona altamente insegura. Muchas veces la gente no se da cuenta, pues al tomar el poder de la conversación y contar grandes historias en las que siempre es el héroe, el egotista da la ilusión de alguien con infinita seguridad y confianza, sin embargo, un comentario negativo en medio de sus discursos autocomplacientes pueden afectarlo profundamente.  

Las personas egotistas tienen una capacidad impresionante para aparentar, tanto que muchas veces viven en un mundo de fantasía. Creen que todo lo que dicen es verdad y aunque es bueno tener autoestima y confianza, puede llegar a comprarse con una ilusión, pues creen que sus proyecciones pueden ser reales, lo cuál los obliga a actuar de acuerdo a lo que creen que son aunque vivan una vida de contradicciones como gastar tanto en tarjetas de crédito para comprar lo que quieren y así aparentar un estilo de vida aunque en realidad estén al borde de la quiebra. 


Las personas egotistas gustan de tener el control, pero es raro que lo posean a largo plazo, pues su forma de ser es una ilusión que les permite controlar el momento presente, pero no tiene bases para hacerlo a largo plazo y es común que esas personas desaparezcan de tu vida cuando la fachada caiga, o que veas cómo su mundo se cae a pedazos. Si crees que eres una persona egotista, lo mejor que puedes hacer para evitar siguiendo delirios de grandeza, es comenzar a escuchar al resto de la gente, así entenderás que no eres la única persona en el planeta.