La película “Dogville” del director danés Lars von Trier muestra lo que sucede cuando un pueblo “noble”, de gente oprimida, tiene que cuidar a una hermosa fugitiva de la justicia. La mujer, sabiendo que no tiene oportunidad si deciden denunciarla, hace todo lo que ellos le piden y lo que era un idílico pueblo, pronto se convierte en el infierno personal de esa mujer, que sufre de los abusos de personas que fueron buenas toda su vida.
“La maldad puede surgir de cualquier lado, mientras la situación sea la correcta”
¿Qué nos hace ser malas personas? Tal vez la humanidad está condenada, tal vez lo aprendemos. Lo que sabemos es que muchos podemos diferenciar el bien del mal. También sabemos que hay quienes no sienten empatía, culpa o remordimiento. El 1 % de la población mundial está catalogada como psicópata, parece poco, pero pensar que 75 millones de personas pueden ser psicópatas, nos da mucho para pensar.
Algo aún más impresionante, el porcentaje de psicópatas incrementa del 1 al 4 % cuando se analizan puestos de poder e importancia. Esto no quiere decir que el CEO de una empresa vaya a asesinar a una persona en su oficina y que seguirá como si nada con su día, sino que los rasgos que la gente valora muchas veces son los de los psicópatas.
El ver las cosas con la cabeza fría, el pensar en los resultados y no en los sentimientos de la gente, la forma de dar noticias y tratar con el personal más allá de la amistad son cosas que distinguen a muchos jefes, pero no por eso debes pensar que puede ser un psicópata. Más bien debemos notar que nuestra sociedad prefiere evaluar como buenas las acciones de personas sin un compás moral adecuado.
En palabras de Lola Morón para El País:
“Si todo lo malo que sucede en el mundo cada día se debiera a esos poquitos psicópatas que son capaces de cometer las peores tropelías, la vida sería más fácil. El problema es que la gran mayoría de nosotros somos capaces de mostrar esa falta de empatía y esa maldad, tal vez en menor grado o con menos frecuencia que ellos. La realidad es que ni todo lo malo lo hacen los psicópatas, ni todo lo que hacen los psicópatas es malo”.
Las palabras de Morón nos recuerdan eso, que todos podemos ser malos, dejar los sentimientos de lado, ser desinteresados ante los demás y descubrir que incluso gozamos al hacer miserables a otros. No digo que todos seamos psicópatas, tampoco que sólo seamos malos, pero estas personas sin sentimientos no son las únicas que guían al mundo, todos lo hacemos.
Mientras la sociedad continúe alabando las características de los psicópatas y no vea más por la empatía, la colaboración y el apoyo, continuaremos dejando que esta maldad crezca junto a todos nosotros.
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