Todos hemos sentido alguna vez una pizca de “envidia sana”. Pues claro que al ver un gran logro de un amigo o conocido pensamos “ojalá algún día me toque a mí”. Eso no te convierte en alguien envidioso en sí mismo.
Pues por más que te surja ese pensamiento, te alegras genuinamente por los logros ajenos. Te gusta ver que la gente que quieres consiga sus metas, y pones la mejor de tus energías para que eso suceda.
Lo que diferencia a las personalidades envidiosas de los demás es que no logran ser felices por los logros ajenos. De hecho, hasta pueden intentar perjudicar a los demás para que no logren sus objetivos; desean, ante todo, que nadie tenga algo que ellos no tienen.
Por eso, es importante que alejes de tu vida a estas personas.
Pero… ¿Cómo distinguirlas?
En líneas generales, y aunque pueden mezclarse un poco entre sí, hay 7 tipos de personalidades envidiosas que podrás identificar fácilmente.
1. Sádico / sarcástico
El sarcasmo es su mejor herramienta para menospreciar tus logros, y pueden ser personas verdaderamente irritantes. Pues intentan disfrazar sus críticas con palabras divertidas, y haciéndola pasar por chistes.
Por ejemplo, si dices que has empezado el gimnasio, pueden decir “pues tendrás que esforzarte con los glúteos” en tono risueño, con lo que quieren decir “me parece que te costará bajar la grasa del trasero”.
Pero, si le respondes, dirán que sólo fue una broma. ¡Envidiosos peligrosos!
2. El directo
El envidioso directo es, quizá, el más fácil de reconocer de todos. Simplemente, se pasará la vida intentando convencerte de que no sirves de mucho.
Para ello, no se andará con vueltas. Si te ascienden en el trabajo, te dirá que no tienes pasta para ello. Si has empezado la dieta, te dirá que ya era hora porque estás muy gordo.
Son personas muy inseguras de sí mismos, que menosprecian a los demás buscando sus puntos débiles y exagerándolos.
¡No les des lugar a sus comentarios!
3. El negativo
Entre las personalidades envidiosas, esta también es muy común. Son aquellas personas que logran transformar cualquier cosa buena en algo horrible con una sola palabra. Intentará demostrarte que aquello que te hace feliz, en realidad no es para tanto.
Si le dices que tienes un nuevo proyecto entre manos, enumerará todas las dificultades que tienes por delante. Quizá, hasta te mencione un montón de gente que fracasó haciendo lo mismo, incluso teniendo más potencial que tú.
Pero al final dirá, “pero no te preocupes, a ti te irá bien”. ¡Gracias por decirlo ahora que ya me has deprimido!
4. “Dulce asesino”
Estas personas pueden ser las más dañinas, porque será muy difícil que demuestren su envidia. Estarán allí, e irán menoscabando tus logros de a poco, casi sin que lo notes. Un comentario hoy, una acción pequeña mañana, un mensaje extraño al día siguiente.
Al final, logran lo mismo que las otras personalidades envidiosas pero de forma tan sutil que no logras comprender por qué te sientes tan mal.
5. El metido
Son esa clase de envidiosos que, además, pareciera que aman ser así. Así que, como no les basta con saber lo bien que le va a sus amigos, intentan conocer la vida de todo el mundo.
Son esas personas que entran al Facebook de un ex compañero de colegio al que le está yendo bien, para encontrar aquello en lo que esté fallando y contárselo a todo el mundo. ¡Ten cuidado!
Pues hoy puede ser tu amigo, y puedes sumarte a sus juegos pensando que son inocentes, pero esas personas, cuando menos lo esperas, pueden hacer lo mismo contigo.
6. El ególatra
Este tipo de envidioso es tan inseguro de sí mismo como todos los demás, pero se ha creado una máscara de persona importante y confiada. Entonces, lo único que hace es recordarle a todo el mundo todo lo que ha conseguido.
Si tu ganas un buen sueldo, él tiene uno excelente. Si tú te has ido 15 días de viaje, él se ha ido un año. Siempre estará encima tuyo.
En realidad, demuestra así su afán por querer sobresalir, lo que no habla más que de una persona que no es capaz de disfrutar con la felicidad ajena.
7. El acechador
Es una persona que en general, no se comporta como envidiosa. Sin embargo, si llegas a tropezar… ¡Aparecerán para terminar de aplastarte!
Simplemente, se quedan al lado tuyo en tus victorias, pero en el fondo, sólo esperan que falles. Lo único que quieren es estar allí para verte perder.
¡Son los más peligrosos!
Ante todo, recuerda siempre esto:
si alguien te envidia o te desea el fracaso, el problema es de esa persona, no tuyo.
Tú debes buscar lo mejor para ti e intentar estar orgulloso de la persona que eres.
Si esperas siempre la reacción de los demás, estarás en problemas.