Tu personalidad no se expresa únicamente en lo que dices. Cuando te mueves, hablas, caminas y miras a otros, ¡tu cuerpo habla por ti! Por eso, hay algunas características de la personalidad que pueden advertirse por el lenguaje corporal, y que no se pueden controlar con tanta facilidad como las palabras.
Por ejemplo, si alguien entrara a tu trabajo, a un transporte público o a una clase y observara a las personas, descubriría que no todos se acomodan en las sillas de la misma manera.
Conoce qué dice de tu personalidad la forma en que te sientas.
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Con las piernas cruzadas
Esta es una de las posiciones más frecuentes. En general, las personas que se sientan así porque les resulta más cómodo, tienen personalidades un poco inseguras. Tienden a estar pendientes de lo que piensan los demás y les importa mucho dar una buena imagen. La opinión de los demás podría afectarles más que a otros.
En el borde
¿Nunca has mirado a alguien sentado en el borde de una silla y te has preguntado cómo es que así estaba cómodo? Pues bien, esta forma de sentarse revela una personalidad ansiosa y acelerada. A las personas que prefieren esta postura, les cuesta relajarse. Siempre están pensando en lo que viene después.
Recostado
Si la forma más usual en que se sienta una persona es recostada sobre la silla, esto podría indicar que se encuentra en un momento de desmotivación personal. Quizás esto no sea lo habitual, sino simplemente una etapa o circunstancia que le hace sentir desinterés.
Piernas semicruzadas
La forma de sentarse con las piernas semicruzadas revela una personalidad segura y confiada en sí misma.
Con los brazos cruzados
Sentarse con los brazos cruzados revela una personalidad un tanto insegura que tiende a adoptar una actitud defensiva. A estas personas les cuesta aceptar las opiniones de los demás, especialmente si son críticas, pues en el fondo son muy sensibles.
Ocultando las manos
Si una persona se sienta con las manos debajo de sus piernas o glúteos, es posible que que no esté siendo del todo sincero consigo mismo o con los demás en algún aspecto de su vida.
Con la espalda encorvada
Una persona que se sienta encorvada, con el pecho inclinado hacia abajo tiende a ser insegura y temerosa. Su personalidad suele ser tímida y extremadamente sensible.
Y tú, ¿cómo te sientas?
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