Desde hace ya algunos años el paradigma de educación tradicional viene siendo cuestionado, fundamentalmente por el cada vez más visible fracaso escolar. La mala comprensión lectora y la falta de habilidad en los cálculos matemáticos están en la base de los problemas que tienen los estudiantes al ir avanzando de curso, y estas dificultades se forjan en los primeros años de escolarización, entre los tres y los doce años. Por ello, los expertos en educación advierten que la prevención en primaria, es la mejor forma de evitar que los alumnos fallen al llegar a la educación secundaria, momento en que se produce de hecho la mayoría del fracaso escolar.
¿Qué es la educación alternativa?
El paradigma de la educación alternativa no tiene aún una definición conceptual precisa y definitiva; sino que se va construyendo desde la experiencia práctica del proceso de acompañamiento. Maribel Ochoa aborda el concepto de educación alternativa comprendiendo que tiene diferentes interpretaciones, pero apuesta a pensarlo desde la educación popular, la participación comunitaria y el aprendizaje cooperativo. En este sentido, educación alternativa se constituye como un concepto que refleja una propuesta contraria a la que tradicionalmente rige los proyectos educativos formales y oficiales; en consecuencia, su metodología debería responder a procesos que buscan mayor libertad, mayor participación y mayor involucramiento por parte de los grupos sociales de cara a sus propias encrucijadas o problemáticas. A la vez, se apropia de los mismos esfuerzos que realiza la gente para generar más conocimiento, más práctica y más construcción de su vida.
Las enseñanzas alternativas ponen el acento en potenciar la independencia y autonomía de los alumnos desde el principio, porque es evidente que los estudiantes tienen que desear aprender para que la educación tenga éxito, y necesitan que se les faciliten los medios más adecuados para conseguirlo. En general, los métodos de educación alternativa se basan en la premisa de ofrecer al alumno las herramientas que le permitan convertirse en autodidacta, aunque siempre bajo la dirección de maestros especializados.
Además, se caracterizan por la implementación de metodologías dinámicas, la construcción de nuevas oportunidades de formación en lo técnico-vocacional y en lo lúdico-artístico-cultural, y la conformación de redes solidarias en contraposición a una educación de proyectos aislados. Se trata de formar educandos que se comprometan con su propio desarrollo personal y el de su comunidad; se trata de implicar necesariamente una dinámica incluyente, nunca excluyente en sentido alguno; se trata de una lógica que puede construirse tanto dentro de un contexto escolar formal como de contextos totalmente extra-escolares, así como en la combinación de ambos.
Para resumir, lo alternativo de la educación puede caracterizarse desde diferentes ámbitos de su quehacer por:
• La construcción de oportunidades para personas no integradas e históricamente excluidas del sistema escolar.
• El desarrollo de una metodología orientada al aprendizaje consciente, activo y significativo de cada uno de los participantes, incluyendo a los facilitadores. Esto mismo tiene, por supuesto, consecuencias para el proceso de construcción curricular.
• La definición de ciertos valores tales como los de "cooperación y solidaridad" en lugar de "la competencia". Los mismos no sólo se consideran durante el proceso de formación, sino también se proyectan en el tipo de ciudadano que se pretende ser.
• La preocupación por llenar vacíos del sistema educativo nacional en cada país. En tal sentido, la respuesta a necesidades no cubiertas por el sistema, tales como: formación técnico-vocacional, profesionalización, construcción de capacidades emprendedoras, lo artístico-creativo, el liderazgo comunitario, el liderazgo político juvenil, y más.
¿Qué métodos de educación alternativa existen?
Se conocen como métodos de enseñanza alternativa a aquellos que difieren del sistema educativo convencional. Aunque no son una novedad, ya que llevan décadas funcionando en el mundo entero, cada vez existen más colegios que basan su sistema pedagógico en alguno de estos métodos.
• Método Waldorf: La pedagogía Waldorf, iniciada por el filósofo alemán Rudolf Steiner, busca el desarrollo de cada niño en un ambiente libre y cooperativo, sin exámenes y con un fuerte apoyo en el arte y los trabajos manuales.
• Método Montessori: Propugna la creación de un entorno estimulante para que cada niño desarolle su propio método de aprendizaje siguiendo su curiosidad innata. En sus aulas,los niños se dividen por tramos de edad.
• Método Kumon: Es un sistema de aprendizaje japonés basado en dos programas: uno de matemáticas y otro de lectura. Su principal objetivo es desarrollar el potencial de aprendizaje de los niños: motivar al alumno, mejorar su rendimiento académico y aportarle autoconfianza.
• Método Doman: Se basa en desarrollar al máximo las áreas sensoriales del niño mediante la estimulación para que los pequeños sean más inteligentes. Los programas más populares en las escuelas infantiles son los de los Bits de inteligencia, lectura y matemáticas.
Fomentar la autonomía
Según José Luis García Garrido, miembro de la Academia Europea de Ciencias y Artes y catedrático de Educación Comparada e Internacional en la UNED, hay un punto imprescindible por el que habría que empezar: favorecer la autonomía del alumno.
“Ningún aprendizaje es posible si el alumno no lo acepta de modo completamente autónomo, es decir, sin imposición alguna. Autonomía significa capacidad de darse normas a sí mismo. Desde que nace, el ser humano se impone la norma de aprender, y todo lo que aprende viene marcado por ese deseo. La cuestión fundamental está en poner ante su mirada aquellas cosas que vale la pena aprender, así como evitar que escoja las que no valen la pena e incluso las que podrían resultarle dañinas”, explica.
Es lo que, en teoría, pretende el sistema educativo convencional. Pero sus resultados empiezan a hacer dudar a muchos padres, que se plantean si el método tradicional de enseñanza es la fórmula adecuada. De ahí que los métodos pedagógicos conocidos como “alternativos”, que dicen inspirarse en la filosofía de la autonomía del alumno, hayan experimentado un auge estos últimos años.
¿Es la educación alternativa a los métodos tradicionales la solución? Según García Garrido, tampoco son la panacea. “La verdad es que todo está inventado desde hace siglos. Los métodos que se presentan como nuevos o alternativos no hacen más que poner el acento en algo que, conociéndose desde antiguo, puede haber sido más o menos olvidado. La pedagogía Waldorf o Montessori tiene ya muchas décadas de existencia, y la mayoría de las instituciones escolares han tenido tiempo para asumir sus principales postulados”.
“Hoy día nadie desconoce el importante papel que juega el espíritu de imitación del niño en las primeras edades o el papel que juega la imaginación durante la infancia o el esfuerzo de autoeducación en la adolescencia. Todo el mundo sabe ya la importancia que tiene el clima de amor en el ambiente escolar, así como la decidida apuesta por fomentar el espíritu de libertad e iniciativa “, explica.
De hecho, según este especialista, todas esas ideas son hoy patrimonio de la educación en general y no pueden considerarse como fórmulas metodológicas alternativas. “Otra cosa diferente es que determinadas escuelas sigan presentándose como testigos permanentes de estos idearios. Y su presencia en el escenario actual es siempre más que pertinente para que los padres tengan muchos modelos escolares (cuantos más mejor) entre los que elegir”, concluye García Garrido.