Todos perdimos algo importante alguna vez: las llaves de la casa o del vehículo, el control remoto de la televisión o del aire acondicionado, el teléfono móvil dentro de nuestra propia casa, los documentos, etc. Ni hablar de cosas que no guardamos con cuidado porque no creíamos que fuéramos a volver a necesitar: tickets de compras, facturas, instrucciones de aparatos electrónicos, etc.
Lo peor suele ser que, en esos momentos, no buscamos correctamente, sino que solemos revisar una y otra vez el mismo lugar, pero nunca a fondo, sin pensar en las alternativas y dejando que la desesperación gaste todo nuestro tiempo y energía.
Algunas personas recurren a rituales para encontrar los objetos perdidos, como dar vuelta un vaso y pedir a un santo que el objeto aparezca. Y tal vez te ha pasado que estabas buscando algo y luego lo tenías delante de tus narices.
Aquí no encontrarás una solución mágica ni milagrosa, pero sí una guía para relajarte y buscar usando la lógica que, en la mayoría de los casos, funciona mucho antes de lo que imaginabas.
1. Recuerda la última vez que lo viste
Tal como sucede en las películas de detectives, recordar y describir la última vez que has visto el objeto perdido es una forma de conseguir mucha información sobre dónde puede estar. Puede que la última vez lo hayas utilizado en un lugar o de una manera diferente a la habitual, y por eso lo hayas guardado en un lugar diferente.
2. Vuelve sobre tus pasos
¿Qué has hecho desde la última vez que viste el objeto hasta ahora? Comienza por el momento en que descubriste que no lo tenías y vuelve hacia atrás, recordando todo lo que pasó con el mayor detalle posible.
Puede que te acuerdes repentinamente dónde lo dejaste, o que recuerdes que visitaste algún lugar o habitación donde no sueles estar y podrías haberlo dejado.
3. ¿El objeto te incomoda?
Muchas veces algo se pierde porque te incomoda y lo dejas en algún lado inconscientemente: así puedes perder un anillo que te sacas porque te molesta en una tarea manual, un paraguas que llevabas en la mano y apoyaste en un negocio, o algo que tenías en el bolsillo y te molestó al sentarte.
Recuerda dónde y por qué lo podrías haber dejado sin pensar.
4. Vuelve a buscar donde se suponía que estaba
Puede que ya hayas recorrido la casa entera... ¿Pero buscaste con detalle en el sitio en el que debería estar? Muchas veces el objeto simplemente está tapado por otro o caído en el piso, pero la primera vez, en lugar de buscar bien, ya fuiste a fijarte en otro lugar.
5. Haz una lista de los lugares en los que estuviste
Si no te sirve con volver mentalmente sobre tus pasos, prueba con escribirlos. Objetivarlo sobre el papel sirve para recordar detalles olvidados. Luego, ve a buscar tu objeto a cada lugar.
6. Sigue tus corazonadas
Si se te ocurre que el objeto puede estar en algún lugar que te parece alocado, no dudes en ir a buscar allí. Lo que conocemos como "corazonadas" o "presentimientos" muchas veces vienen desde nuestro inconsciente.
Nuestra mente guarda mucha más información de la que registramos. Por eso, si por ejemplo estabas despistado y dejaste las llaves dentro del refrigerador... ¡puede que tu cerebro recupere esa información cuando la necesites! No dudes en buscar en ese lugar que te parece imposible.
7. Visualiza el objeto
Para ayudar a tu mente a recuperar la información inconsciente, puedes darle un empujón. Realiza un ejercicio de visualización: primero imagina el objeto, y luego, que los encuentras... ¡Y dónde!