Llega un momento en la vida en que nos desentendemos de la realidad. Creemos tener una edad y vivimos en otra, vemos el futuro a corto plazo, tal vez no sabemos nada más allá de cinco años hacia delante, o peor, dos. Es comprensible, somos una generación que ha nacido y crecido en constante cambio. Siempre hay crisis, siempre hay cambios estructurales en la vida nacional y personal, tantos que nos es imposible pensar más allá de lo inmediato.
Sin embargo, hay tiempo para todo y a veces simplemente tenemos que decidir arriesgarnos a construir un futuro concreto, y el primer paso es visualizarlo. Las metas a largo plazo nos pueden ayudar a salir adelante inmediatamente porque nos dan un sentido de pertenencia, no con alguien más, sino con nosotros mismos.
Plan financiero
Claro, tal vez el más obvio y difícil, pero muchas veces la misma imposibilidad de ahorrar para nuestra vejez o pagar nuestras deudas nos hace pasar el tiempo viviendo con el dinero que ganamos al mes y antes de darnos cuenta ya pasaron años y nuestros ahorros siguen en ceros. Ve al futuro, abre una cuenta de ahorros, también busca pagar todas tus deudas cuanto antes y empieza un fondo para tu retiro. Cumple estos tres pasos y verás que el futuro ya no se ve tan incierto.
Vive saludablemente
Lo increíble de la juventud es que comemos y no engordamos, pero hay un extraño año en el que nos damos cuenta que las cosas cambian. Cada vez es más difícil vivir como antes, sentimos cambios extremos y no podemos revertir la situación. Adelantemos unos años y nos encontramos con un cuerpo que no queremos, una dieta insalubre e incluso nos negamos a ir al doctor porque tememos pésimas noticias acerca de nuestra salud..
La adultez nos lleva a comer rápido y lo que hay a la mano y eso debe cambiar. Es difícil, pero debemos encontrar tiempo para comprar alimentos saludables y cocinarlos nosotros. Mientras menos enlatados, procesados y conservados sean nuestros platillos, mejor para nosotros.
Pensar más, repetir menos
Otro de nuestros grandes pecados es que al salir del escuela creemos que hemos terminado con nuestra educación. Simplemente terminamos con los procedimientos oficiales para conseguir un empleo o certificarnos, pero aprender es algo con lo que nunca debemos terminar. Nuestro propósito en la vida es siempre estar aprendiendo, creciendo intelectualmente de forma objetiva y por qué no también en la parte subjetiva.
Busca capacitarte y mejorar en tu trabajo, lee novelas, ensayos y poesía, aprende más acerca de la historia del arte, vuelve a estudiar matemáticas y descubre su belleza fuera del aula. No dejes que tu cerebro se seque.
Sé feliz
Este es tal vez lo más difícil, pues involucra más de lo que crees. Algunos dicen que decidas ser feliz y ya, pero tal vez lleva más que eso. Busca a tus amigos de toda la vida y no los sueltes, si ya no los tienes, asegúrate de tener amistades cercanas a las que les puedas contar cualquier cosa (la adultez es una etapa que puede ser muy solitaria), viaja, conoce, enamórate y encuentra estabilidad emocional. Lo más importante, encuentra la forma de ser feliz aunque esa idea siempre se esté transformando.
Las metas a largo plazo deben ser utópicas, tal vez siempre las busquemos, tal vez no veamos que lleguen, pero siempre debemos esperar que las alcanzaremos.
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