Cada nueva publicación de Archetypes, el podcast de Meghan Markle, deja contenido muy interesante que se replica en muchos medios. En el último de sus audios, la duquesa de Sussex ha charlado con la celebrity Paris Hilton y recuerda una época de su vida en la que se sintió cosificada y “no inteligente”.
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Meghan Markle recordó el tiempo que trabajó como azafata del concurso televisivo Deal or No Deal en 2006, donde su labor era, como el de otras chicas, sostener un maletín con una amplia sonrisa. En ese momento por supuesto que estaba agradecida por tener un trabajo, ya que en aquella época aún hacía audiciones para poder trabajar como actriz, pero no le gustaba “sentirse obligada a ser todo apariencia y poca sustancia”.
“Había estudiado Relaciones Internacionales en la universidad y recordaba mi trabajo como pasante en la Embajada de los Estados Unidos en Argentina, en Buenos Aires, siendo valorada específicamente por mi cerebro. Aquí, estaba siendo valorada por algo todo lo contrario", agregó.
Había una idea muy sencilla de cómo debíamos lucir con precisión. Se trataba únicamente de la belleza, y no necesariamente del cerebro.
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Según la duquesa de Sussex, lo único importante era la belleza, no el cerebro, y recordó que antes de los rodajes del programa televisivo las azafatas pasaban por diferentes puestos para ponerse pestañas falsas, extensiones en el pelo o relleno en el sujetador.
Luego, terminó dejando el trabajo. “Estaba agradecida por él, pero no por cómo me hacía sentir. En el plató estaba rodeada por mujeres inteligentes, pero ese no era el motivo por el que estábamos allí, y solía acabar yéndome con un nudo en el estómago”, contó.
En la charla, Paris Hilton se sumó a esta misma línea y reveló que cuando trabajaba con Nicole Richie en el docu-reality “The Simple Life”, los productores le dijeron que querían que fuera "la rubia rica y tonta".
La actriz estadounidense participó en distintos comerciales y series de televisión, pero alcanzó la fama con la serie Suits. Estudió en la Northwestern University interpretación y Estudios Internacionales, y empezó desde los dos años a tomar clases en la Hollywood Little Red Schoolhouse.
Al casarse con el príncipe Harry, tuvo que renunciar a varias cosas de la cotidianeidad, como por ejemplo a tener cuentas de redes sociales (salvo las que son previamente aprobadas por Kensington), dejar de usar faldas cortas o prendas con escotes profundos, no dar autógrafos, no usar apodos para la familia real, dejó su carrera de actriz y sus apariciones en eventos públicos son regidos bajo una agenda muy particular.
Fuente: Huffpost.