Que una mascota desaparezca sin rastro y nunca la vuelvan a ver es la peor pesadilla de cualquier dueño. Y aunque muchas veces la mascota simplemente se da por perdida y nunca regresa, esta historia tuvo un final feliz inesperado.
Hace 10 años, Debra Suierveld, quien vive en Apollo, Pennsylvania (Estados Unidos), estaba jugando en el jardín de su hogar con sus hijos y con la tierna labrador negra Abby, que en aquel momento tenía solo 1 año.
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En algún momento, Abby corrió lejos de casa y no supo regresar. La familia la buscó por todos lados durante un tiempo, pero finalmente se dieron cuenta de que no la encontrarían y muy tristes declararon a Abby desaparecida o incluso fallecida.
En los siguientes 10 años la familia logró superar la pérdida de una gran amiga, pero siempre recordándola muy cerca de su corazón. Un día, cuando ya nadie la buscaba, Abby apareció en la puerta de un hogar que está a 8 kilómetros de su familia. El dueño la llevó a un refugio para perros y Abby fue identificada.
Desde el refugio llamaron a Debra y le dieron las buenas noticias: Abby estaba aquí y estaba sana. Emocionados, todos los miembros de la familia fueron a recogerla y le dieron todo el amor que habían estado guardándose durante 10 años.
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Nadie sabe dónde estuvo la perrita durante esos 10 años, pero no dio señales de maltrato o desnutrición, por lo que es posible que haya sido adoptada por otra persona durante ese tiempo. Nunca sabremos todas las respuestas, pero es un milagro que luego de todas las dificultades Abby haya podido volver a ver a casa con su querida familia.