Muchísimo antes de que existieran los cuentos impresos, había personas que se dedicaban a relatar historias. Lo hacían en las plazas y en distintos lugares públicos, y grandes y chicos se reunían a su alrededor a escuchar.

Es que los cuentos y las historias tradicionales siempre tienen algo que enseñar. No son sólo pasatiempos: son también una manera de reelaborar la realidad, para que sea más sencilla de asimilar.

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Esta es la historia de dos perros, que encontraron el mismo lugar… Aunque cada uno tuvo una experiencia muy distinta. ¿Quieres saber por qué?

Lee esta hermosa historia:

Se dice que hace tiempo, en un pequeño y lejano pueblo, había una casa abandonada. Un día un perrito que buscaba refugio entró en ella. Subió lentamente las viejas escaleras de madera y al final de ellas se topó con una puerta semi-abierta.

Lentamente entró al cuarto. Para su sorpresa, se dio cuenta que dentro de ese cuarto habían 1000 perritos más, observándolo tan fijamente como él los observaba a ellos.

El perrito comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco. Los 1000 perritos hicieron lo mismo.

Posteriormente sonrió y le ladró alegremente a uno de ellos. El perrito se quedó sorprendido al ver que los 1000 perritos también le sonreían y ladraban alegremente con él. 

Cuando salió, se fue pensando para sí mismo:“¡Qué lugar tan agradable… voy a venir más seguido a visitarlo!”.

Tiempo después, otro perro llegó a esa habitación de la casa abandonada. Pero a diferencia del primero, este perrito al ver a los otros 1000 se sintió amenazado.

Los perritos lo miraban agresivamente, lo que lo hizo gruñir. Los otros perros gruñeron a su vez. El perro comenzó a ladrarles ferozmente a los demás, y los otros 1000 perritos le ladraron también.

El perro se fue rápidamente del cuarto, pensando: “¡Qué lugar tan horrible es éste… nunca más volveré a entrar allí!”.

Lo que los perritos no sabían (puesto que no saben leer) es que el cartel en la puerta de entrada del lugar abandonado decía: Esta es la casa de los 1000 espejos.

Una sabia lección

Lo que estos perros no entendieron es que el mundo nos devuelve lo que nosotros damos, igual que un espejo.


Muchas veces nos sentimos mal por cómo nos tratan los demás, el entorno en el que vivimos. Seguro alguna vez te pasó, pues es normal.

Cuando has tenido ese sentimiento... ¿Te pusiste a pensar qué estabas haciendo tú para eso? Posiblemente tu actitud estaba generando esas respuestas que tanto te molestaban.

Recuerda siempre que tu actitud frente a la vida determina en gran medida lo que la vida te devolverá. Ya sabes, hasta en los momentos más difíciles, siempre puedes elegir poner una sonrisa. 

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Y tú... ¿Qué quieres ver reflejado hoy cuando te mires al espejo?