La Sirenita de Copenhaguen es el símbolo de Dinamarca. Es una estatua de bronce que se encuentra en la bahía del puerto de esa ciudad, y cuya fotografía representa al país.
Sin embargo, esta mañana algo ocurrió: la sirena apareció pintada de rojo, como si estuviera bañada en sangre. Los vecinos de la ciudad se sorprendieron, pero luego encontraron junto a ella un mensaje que revelaba el porqué de ese color: activistas animalistas la habían pintado de rojo como una acción para combatir la matanza de ballenas.
“Dinamarca, defiende a las ballenas de las Islas Feroe”, decía el mensaje. Es que en las Islas Feroe, un territorio semiautónomo pero que depende en ciertas cuestiones del gobierno danés, la caza de ballenas es legal, y cada año tiene lugar una cruenta matanza.
La caza de ballenas está prohibida tanto en Dinamarca como en toda la Unión Europea. Sin embargo, en las Feroe, que no pertenece a la UE, se siguen matando 800 ballenas piloto cada año durante el verano en una matanza que ellos llaman “grindadráp”
Esta matanza tiene lugar cada año sobre todo en julio y agosto, es decir que en pocos días comenzará otra vez, si no se toma alguna medida.
En las islas viven unos 48 mil habitantes. Solamente pueden matar a las ballenas que se acerquen a la orilla, así que se ayudan de barcos para acorralarlas. Una vez allí, les seccionan la espina dorsal, el mayor canal de sangre al cerebro, que se derrama rápido y en cascada en el mar. Es tanta la sangre derramada que el mar se tiñe de rojo sangre.
Los feroenses defienden esta matanza como parte de su cultura y tradición, y argumentan que la caza está controlada, que no se comercia con ella y que estos animales no están en peligro de extinción. Dicen, también, que las ballenas son parte de su alimentación.
Sin embargo, esta defensa de la carne de ballena es incomprensible, ya que por una parte las islas son autosuficientes y, por otra, las autoridades sanitarias están alertando desde 2011 de los altos niveles de mercurio y otras toxinas que se encuentra en la carne de estas ballenas piloto, por lo que no se las aconseja comer.