La fotógrafa alemana Tanja Brandt dedicó su carrera a retratar a los animales y la vida silvestre. Dos de sus modelos son sus mascotas Ingo, un perro, y Napoleón, una lechuza. Al vivir bajo el mismo techo, ambos forjaron una estrecha amistad.
Brandt cuenta que Napoleón, a quien cariñosamente apoda Poldi, fue el polluelo más pequeño de siete. Sus seis hermanos habían roto el cascarón hacía algunos días, pero esta lechuza seguía sin hacerlo. Justo cuando sus criadores estaban por tirar el huevo, se decidió a salir.
Ingo es un pastor belga. Esta raza suele ser utilizada por la policía por su inteligencia y su facilidad para comprender órdenes. En una entrevista, Brandt comentó que a la hora de tomar fotografías, el perro sigue sus instrucciones rápidamente, cosa que no resulta tan sencilla con la lechuza.
Tal vez la relación entre Ingo y Poldi no sea tan extravagante. Uno es el protector, y el otro es el protegido, explicó la fotógrafa. Además de retratar a sus mascotas, Brandt toma imágenes de otros animales, entre los que se encuentran algunas aves rapaces. En estas sesiones, el perro cuida que los pájaros más grandes no lastimen a la lechuza.
Brandt es acompañada por sus mascotas tanto en su vida personal como en su trabajo. Siempre le fascinaron los animales y la fotografía. Es por eso que encontró en ellos una manera de unir ambas pasiones. El secreto detrás de sus imágenes es la conexión que mantiene con Ingo y Poldi.