Posiblemente, si piensas en personas que migran de un sitio a otro lo primero que venga a tu mente sean las guerras que las expulsan en busca de un sitio seguro donde vivir. Pero también hay otra gran causa que está obligando a muchos más a dejar sus hogares: el cambio climático.
Aunque quizás esto te resulte un poco extraño, y creas que el cambio climático solo es un problema que debe importarle a los gobiernos más poderosos del mundo, está ahí, ante nuestros ojos todos los días. Tormentas, sequías, aumento del nivel del mar, y otras catástrofes naturales tan intensas como recurrentes ya son una noticia cotidiana en muchos sitios del mundo; y especialmente golpean a las naciones y grupos humanos más vulnerables. Las desigualdades, como resultado, se profundizan aún más.
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De acuerdo a un informe de Oxfam Internacional, alrededor de 23,5 millones de personas tuvieron que escapar de sus hogares en el 2016 a causa de catástrofes climáticas. Además, en el 2017, en solo los primeros 9 meses, hubieron aproximadamente 3,2 millones de desplazados internos en los países de ingresos bajos y alrededor de 1,9 millones lo hicieron a causa de las sequías generadas por las variaciones en el regímenes de lluvias y el incremento de temperatura.
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De acuerdo al informe, entre 2008 y 2016, las personas que vivían en países de ingresos bajos y de bajos a medianos tenían 5 veces más posibilidad de tener que desplazarse debido a desastres generados por fenómenos meteorológicos repentinos.
Las más afectadas son las mujeres, los niños, las niñas, y los pueblos originarios. La pobreza y el hecho de vivir en zonas de riesgo agravan aún más las consecuencias del cambo climático.
Por otro lado, en este contexto, las condiciones de vida se vuelven más difíciles, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria e incentivando conflictos sociales frente a recursos cada vez más escasos.
De las personas que migran, la mayoría lo hace dentro de su país, aunque otras también viajan a otros, en situaciones que a menudo no son seguras. Algunas, también, se encuentran en desplazamiento permanente; mientras que otras pueden volver. Muchas, incluso, no pueden desplazarse aunque quisieran porque no cuentan con los recursos para hacerlo.
¿Qué hacer?
Que esté sucediendo esto prende una luz de alarma, ya que pone a muchas personas más en riesgo en el futuro. "El cambio climático está intensificando el riesgo de que se produzcan catástrofes provocadas por fenómenos meteorológicos extremos, ya que incrementa el poder destructivo de las tormentas y las inundaciones. Al mismo tiempo, el aumento del nivel del mar, la inestabilidad de los regímenes de lluvias, las sequías y otras transformaciones “de evolución lenta” están erosionando las tierras, los recursos naturales y la seguridad de la población, agravando así las vulnerabilidades ya existentes". De hecho, por ejemplo, se estima que, a largo plazo, el aumento del nivel del mar podría llegar a sumergir tierras donde hoy viven 280 millones de personas.
Sin embargo, esto puede (y necesita) ser abordado. "La prioridad debe ser una reducción más rápida de la contaminación a nivel global, principal causante del cambio climático, conforme al objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5°C", señala el informe en el marco de la COP23 que se está celebrando en Alemania hasta el 17 de noviembre.
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En este contexto, Oxfam señala que los gobiernos deberían renovar su compromiso con los objetivos del Acuerdo de París y tomar medidas para terminar con la contaminación y favorecer la cooperación internacional. También indica como necesario apoyar estrategias para garantizar que las personas que tengan que desplazarse puedan hacerlo de forma digna y segura.
Por otro lado, también reconoce cuáles serían los actores que no podrían quedar fuera. Los conocimientos de los pueblos indígenas son esenciales para dar solución a los problemas derivados del cambio climático. Además, es fundamental facilitar una mayor participación de las mujeres y los jóvenes en la toma de decisiones a todos los niveles para impulsar respuestas justas y eficaces.