La depresión noes una nueva tendencia ni ha sido la marca de personas con talentoextraordinario. Se trata de un padecimiento que desde siempre ha marcado lavida de millones de personas. En cuanto a la idea del artista, genial perodeprimido, simplemente es algo natural que afecta a alguien que termina ganandofama por su trabajo, pero no se debe romantizar esa idea.
Eso le sucedió aFriedrich Nietzsche, uno de los filósofos más famosos de la historia o por lomenos uno de los más famosos en la actualidad.
El hombre que proclamó que Dioshabía muerto vivió con depresión, pero a pesar de lo que muchos pueden pensar,el pensador pudo sobreponerse a ella e incluso dejó hermosas palabras pararecordar sus días oscuros.
"Enfrentar simultáneamente el mayor sufrimiento y la mayor esperanza de uno"
Según Nietzsche, eso nos hacía heroicos y así es cómo se sintió el al superar la depresión. Y es que él, como muchos, tenían la idead de que la depresión es una ladrona de la identidad. Bajo su manto olvidamos que alguna vez fuimos felices, perdemos ese brillo en los ojos con el que nos identificaban los demás. Incluso, al vernos al espejo, no podemos sino ver una distorsión de lo que sabíamos que éramos.
La depresión de Nietzsche pudo ser más personal, pero incluso se reflejó en sus libros. Su etapa “negativa” tuvo lugar en esa turbia época, misma en la que se lanzó críticamente contra el cristianismo y sus valores. Por otra parte, al salir de la depresión, comenzó a gestionar su propia idea del superhombre. La creación le permitió salir adelante y por eso en su libro “La Gaya ciencia” o "Ciencia jovial" escribió esto al principio:
"El agradecimiento se derrama continuamente, como si acabara de acontecer lo más inesperado: el agradecimiento de un convaleciente -pues la curación era lo inesperado. 'Ciencia jovial': eso significa las saturnales de un espíritu que ha resistido pacientemente una larga y terrible presión -paciente, riguroso, frío, sin someterse, pero sin esperanza- y que ahora de una sola vez es asaltado por la esperanza, por la esperanza de salud, por la embriaguez de la curación.
Cómo puede sorprender que con ello se haga visible mucho que es irracional y loco, mucha ternura impetuosa, derrochada incluso sobre problemas que tienen una piel erizada y que no parecen ser apropiados para ser acariciados y seducidos. Este libro no es cabalmente, nada más que el regocijo luego de una larga privación y desfallecimiento, el júbilo de la fuerza que se recupera, la creencia que se ha despertado de nuevo a un mañana y a un pasado mañana, el súbito sentimiento y presentimiento de un futuro, de próximas aventuras, de mares nuevamente abiertos, de metas nuevamente permitidas, nuevamente creídas”.
Nietzsche ve la depresión como esa nube que pasamos para encontrarnos de nuevo a nosotros mismos. No espera que sea fácil, no tiene una simple receta (aunque para él tal vez filosofar lo fue), pero sí sabe que se trata de un renacimiento, de volver a sentir felicidad y extrañarse ante ella, pues parece algo tan lejano que bien podría ser ajeno.
No hay que pensar que se necesita de la depresión para crear, sino que esta es la que no lo permite, pero al salir de ella es el encuentro de la felicidad lo que motiva a muchos a reconstruir sus vidas. Parece que Nietzsche sabía la clave, si puedes sentir felicidad, no dudes en ir por ella.