Los niños, muchas veces, sueñan con lo que serán de grandes. Con una profesión o hasta con tener superpoderes. Pero para Ken, un niño de solo 10 años en Filipinas, su meta siempre fue cuidar de los animales. Por eso, siendo muy pequeño hizo lo posible para cumplir su sueño.
Cuando tenía ocho años pintó varios carteles para conseguir dinero y así lograr su objetivo: ayudar a los perros y gatos callejeros que vivían en su vecindario.
Eso fue hace algunos años, y las imágenes en esa época se hicieron virales. De ese modo, Ken recaudó donaciones con las que él y su familia pudieron comprar alimento de calidad y pagar consultas médicas veterinarias para los perros más enfermos.
Luego de solucionar esas necesidades básicas, con la otra parte del dinero, Ken y su padre montaron un refugio temporal para perros y gatos abandonados al cual le pusieron de nombre: “El Club de los Animales Felices”.
La fundación inició en el garaje de su casa con solo tres perros, llamados Blackie, Brownie y White Puppy. Pero pronto comenzó a crecer.
Para Ken, su refugio es una manera de rescatar animales de las perreras, ya que en ellas los animales son, en muchos casos, maltratados y en otras, incluso pierden la vida.
“La meta del Club de Animales Felices es rescatar a los animales de las perreras”, dice su web, y explica que en Filipinas solo entre el 20% y 30% de los perros que están en las perreras son reclamados por sus familias, y el resto es sacrificado.
En el albergue para perros también hay espacios al aire libre para que tengan donde jugar, y cada perro recibe un baño con agua caliente por semana. También han construido cabañas de bambú para que los animales puedan refugiarse de los días de lluvia tan frecuentes en Filipinas.
¡Aprendamos de el ejemplo de este niño héroe!