El ave fénix es aquel que se levanta de las cenizas de su propia destrucción como una criatura de fuego majestuosa que vuelve mucho más poderosa, fuerte y valiente.

Este mito emblema no es más que el símbolo del poder de la resiliencia y de la capacidad de renovarnos incluso luego de habernos sentirnos abatidos.

Aquí te contaremos esta hermosa historia y el mensaje que hay detrás de ella.

Se decía que el ave fénix tenía una gran resistencia física, control sobre el fuego, una sabiduría infinita y que sus lágrimas eran curativas. En su fuego se contenía tanto la vida como la muerte, la destrucción y la creación.

El mito del ave fénix está presente en muchas doctrinas y culturas pero es en el Antiguo Egipto donde aparecen los primeros testimonios culturales y religiosos alrededor de esta figura y donde, a su vez, se da forma a esa imagen que tenemos en la actualidad sobre la resiliencia.

Renacer de nuestras cenizas

La capacidad de renovarse, recuperar el aliento y la fortaleza atraviesa primero una fase oscura que muchos sienten como la mismísima muerte. Una experiencia traumática siempre es negativa pero depende de cada persona lo que suceda a partir de ella. La opción guiada por la resiliencia es la de alzarnos, cobrar vida a partir de nuestras cenizas o, por otro lado, derrumbarnos.

Para construir su nido el ave fénix busca las materias más ricas de la tierra, como ramas de canela, de roble, nardos y mirra. Estos elementos combinan delicadeza y fortaleza. De la misma manera, al atravesar el proceso de resiliencia los humanos buscamos los mejores elementos para construir un nido bien resistente que nos ayude a juntar ganas y fuerzas. Inevitablemente una parte nuestra no volverá, quedará entre las cenizas, pero renaceremos más fuertes y sabios.

¿Has sentido alguna vez que resurgías de tus propias cenizas? ¿Conocías el término resiliencia?