Akiyoshi Kitaoka es profesor del departamento de Psicología de la Universidad Ritsumeikan de Kioto (Japón), y lleva varios años creando ilusiones visuales para investigar la percepción. En su página web nada es lo que parece: formas estáticas que simulan estar en movimiento, fresas aparentemente rojas que son de otro color, o cuadros ajedrezados que esconden algo.
¿Eres capaz de ver qué se esconde en esta imagen? una pista, no es Trump.
¿Lo has descubierto ya? Una pista: aléjate de la pantalla.
El fenómeno se debe a la composición de la retina humana, formada por dos subsistemas visuales: el parvocelular, en el centro, que está especializado en frecuencias espaciales relacionadas con el detalle; y el magnocelular, en la periferia, que procesa las frecuencias relacionadas con el conjunto.
El docente japonés ha aprovechado esta peculiaridad de la retina para “engañar” a nuestra visión, y ha revelado la técnica usada en su cuenta de Twitter:
La imagen escondida, pues, es un retrato del profesor nipón.
José Antonio Aznar, catedrático de Percepción y Atención Visual de la Universitat de Barcelona y miembro del Institut de Neurociències, aclara que “la imagen camuflada no es visible de cerca, porque las altas frecuencias espaciales han sido excluidas. Además, como el sistema magnocelular se ha especializado en detectar movimientos, si agitamos la cabeza rápidamente de un lado a otro, también podemos ver el rostro escondido”.
"Toda actividad humana requiere percepción (lo que entra a través de la ventana de los sistemas sensoriales) y atención (que permite seleccionar las partes más relevantes)", comenta Aznar.
Así, este tipo de investigaciones permiten averiguar cómo se codifica y se almacena la forma visual en el cerebro, como el tipo de información que transmite el nervio óptico al área cerebral primaria, o las propiedades de las imágenes que serán procesadas. Y sus aplicaciones son múltiples: desde desarrollar estrategias que eviten la distracción de conductores de vehículos, hasta analizar los indicadores de éxito en deportistas profesionales, según concluye el experto.