A pesar de que lapoblación mundial está llegando a la cifra de ocho mil millones, nacer no deja y nunca dejará de ser casi un milagro. Las condiciones biológicas que se necesitan paraque se produzca un embarazo son realmente precisas y cualquier cambio puedeterminar con ese embarazo o simplemente nunca dejar que se geste vida en elvientre.  

Aunque paramuchos continúa siendo tabú, los abortos espontáneos son más comunes de lo que pensamos. Esoimplica que hay miles de familias que esperan un bebé sano en unos meses y veninterrumpido ese sueño por la triste realidad. Sobre los bebés que no llegan a nacer se dice que son bebés estrellas o angelitos, viven sobre nosotros y aunque nosiempre las veamos sabemos que están ahí para siempre.  


El hecho de que sea relativamente común que algunos embarazos no lleguen a término no significa que la pérdida de un bebé, que se esperó con amor, no sea terriblemente dolorosa. Pero después de la tormenta viene la calma y con ella muchas veces sale el arcoíris. Esa analogía sirve para hablar de esos bebés que nacen después de que la madre perdió a su primer hijo. Es un proceso difícil, pues es imposible no pensar en la persona que el bebé estrella pudo ser e incluso hay quienes intentan convencerse de que es el mismo ser con una segunda oportunidad en la Tierra. Pero un "bebé arcoiris", como se los llama, es un niño que viene a traer la esperanza.   


La llegada de un bebé arcoíris está llena de altibajos. Por una parte significa una nueva oportunidad, una forma de demostrar que el amor que se tenía por un hijo puede ser completado, pero por otra parte la depresión de haber perdido a un hijo hace realmente difícil lidiar con la situación. Muchas veces la culpa y la depresión están ahí, además de que no importa quién llegue, nunca se olvidará al bebé que no llego.

Por eso es importante entender que los bebés arcoíris no llegan para suplantar a nadie. No deben ser una prueba o una tarea, simplemente son bebés que llegan con una luz diferente, le dan un nuevo significado a la maternidad y al amor. Crean un nuevo vínculo entre una pareja y son una nueva oportunidad para sus padres de ofrecer el amor que tenían para dar. 

El siguiente relato de una madre explica mejor que nadie lo que significa un bebé arcoíris:


“Cuando perdí a mi primer hijo, Toby, una completa oscuridad descendió sobre mí. Tenía una hija mayor y la gente pensaba que debía estar feliz de que por lo menos la tenía a ella, pero él era mi hijo, lo amaba y lo quería. Nadie podría elegir a cuál de sus hijos renunciar, ¿por qué iba a ser diferente? ¡Tenía dos bebés, quería poder sostenerlos a los dos! Mi vida se vio rodeada de dolor, nunca creí posible que el mundo pudiera cambiar repentinamente de color, era como si llevara gafas oscuras y miserables todo el tiempo. Luché para encontrar alegría en cualquier cosa. 6 meses después de haber perdido a Toby descubrí que estaba embarazada otra vez. No tuve la misma felicidad que tuve con mis primeros dos embarazos.  

Todavía lamentaba a mi hijo y aparte de las inevitables preocupaciones, también me sentía culpable de que Toby pensara que lo estaba reemplazando. Un embarazo arcoíris tiene tantas emociones mixtas, que no podía planear su nacimiento porque sabía que no podría traerlo a casa. Me encantaba sentir sus patadas, pero estaba petrificado, cada una sería la última. Sabía que no me relajaría hasta que estuviera en mis brazos. Toby nunca será reemplazado, pero mi bebé arcoíris, Joshua, me dejó nutrir y amar a un bebé que realmente anhelaba. Me llenó días y me dio algo para trabajar, pero sabía que la luz que él me traería no habría sucedido sin la tormenta anterior. Tan pronto como sostuve a mi bebé arcoíris comprendí la expresión. Toby nunca será reemplazado y nunca desearía que no hubiera existido. Él cambió mi vida en formas que nunca podría imaginar y ahora mi bebé arcoíris me está cambiando aún más. Ciertamente me ha ayudado a encontrar mi normalidad, pero nunca dejaré de lamentar haber perdido a Toby”.  


El amor de una madre por su bebé es infinito y aunque tal vez nunca se vieron a los ojos, esa conexión que nace desde el embarazo puede continuar toda la vida, incluso en otros planos. Todo niño es único, y si alguien lo sabe es su mamá.