El lunes por la noche el mundo quedó tristemente sorprendido por la noticia de que un atentado en Manchester había terminado con la vida de 23 personas y dejado 59 heridos a la salida de un concierto de la estrella pop Ariana Grande.
La noticia que recorrió el planeta fue el horror que vivieron los sobrevivientes. Sin embargo, también hubo lugar, en medio de la tragedia, para gestos de amor y solidaridad de quienes se convirtieron en pequeños héroes para quienes estaban al borde de la muerte pero lograron sobrevivir.
Dos de ellos son indigentes y otra es la propia madre de la cantante. Los tres actuaron sin pensarlo para intentar proteger a la mayor cantidad posible de personas, y lograron ayudar.
Stephen Jones
Esa noche, como muchas otras, Stephen no tenía donde pasar la noche en un lugar abrigado. Así que dormía en una calle adyacente al Manchester Arena cuando la explosión lo despertó. Cuando vio que algo grave pasaba y muchos niños heridos gritaban y corrían, lo primero que se preguntó no fue qué pasaba, sino como ayudar.
"Eran niños, muchos niños llenos de sangre que gritaban y lloraban", explicó el martes a una cadena de televisión. También contó que hace más de un año que vive en la calle.
El hombre dio detalles del drama: "Tuvimos que retirar los clavos de los brazos, inclusive del rostro de una pequeña", contó. "El hecho de que yo sea un sin techo, no implica que no tenga corazón, es puro instinto ir a ayudar", sentenció.
Chris Parker
Otro de los héroes anónimos del pasado lunes fue Chris Parker, de 33 años. Según contó a la agencia británica Press Association, estaba mendigando cerca del estadio cuando todo sucedió, y la fuerza de la explosión fue tan fuerte que lo tumbó al suelo.
"Primero fui lanzado al suelo y después me levanté. En lugar de huir, mi instinto me empujó a correr e intentar ayudar", dijo al borde de las lágrimas. Cuando llegó, el lugar estaba lleno de gente tirada en el suelo, y lo primero que vio fue terrible: "Vi una niña pequeña (...) ya no tenía piernas. La envolví con una camiseta y le pregunté:¿Dónde esta tu mamá y tu papá?", contó. La niña pudo hablar y decirle que su papá estaba en el trabajo y su mamá había quedado en la sala.
Joan Grande
La última heroína fue nada menos que la propia madre de la cantante. Al darse cuenta de que algo terrible sucedía, Joan Grande no lo pensó y dejó pasar a un grupo de fans al camerino de su hija. Los refugió y cuidó de ellos hasta que las cosas estuvieron tranquilas y pudieron salir a buscar otro lugar seguro. No le importaron los protocolos de seguridad ni cualquier regla, porque en ese momento carecían de sentido.
Gracias a ellos tres, algunas personas que podrían haberlo pasado mucho peor se sintieron refugiadas y contenidas, e incluso la vida de algunos de ellos pudo salvarse por estos gestos de amor.