Parece una imagen creada digitalmente, pero no lo es. Entre el 10 y el 11 de mayo se ha observado un fenómeno en el sol que lo encuentra, a los ojos del observador, sin ninguna "mancha".
Esto ya se había registrado entre el 6 y el 21 de marzo de este año, por un período de 15 días que, según señaló la NASA, fue el más largo en muchos años.
Las "manchas" que vemos en la gran estrella que nos da luz y calor son un índice de su actividad; por eso su ausencia llama tanto la atención, especialmente, entre los aficionados a la observación de los astros.
¿A qué se deben las "manchas" del sol?
Éstas se generan por perturbaciones en su atmósfera que se nos aparecen como más oscuras porque son más frías que las zonas que la rodean. A menudo están relacionadas con las "llamaradas solares" y otros fenómenos que causan emisiones de rayos "X" y de partículas de alta energía que pueden alcanzar la Tierra, generar auroras, etc.
Hasta ahora, y según lo que fue registrado por la comunidad científica, hubieron, en lo que va del año, 31 días sin oscurecimiento alguno en el sol, es decir, en que se observó una superficie visiblemente lisa, en relación al total de 32 registrados el año pasado.
El sol tiene una actividad por ciclos de entre 11 y 12 años, desde un mínimo de actividad hasta un máximo. Esta falta de manchas podría ser señal del ciclo de mínimos que estamos experimentando, donde su brillo alcanza niveles muy bajos.
Sin embargo, como señaló a The Washington Post un físico solar del observatorio naval de los EEUU: "Significa que aunque las manchas solares han desaparecido, la irradiación del Sol aún no está en su nivel mínimo".
¿Qué consecuencias podría tener?
Seguramente tendremos menos auroras y menos posibilidades de que ocurran apagones radioeléctricos o tormentas magnéticas. Pero en relación al clima, el tiempo de respuesta de éste a los cambios en la irradiación solar son muy largos, por ende se cree que no incidirá de forma importante, en relación a cómo lo hacen otros factores como los gases de efecto invernadero.