La situación en Siria no da respiro, luego de haberse agravado cuando Estados Unidos decidió bombardear la base aérea de Shayrat. Fue el primer ataque militar deliberado contra Siria por parte de la administracion de Donald Trump, y dejó como saldo 6 muertos.
El argumento fue que de allí partieron aviones responsables del "terrible ataque con armas químicas" —como se señaló desde Estados Unidos— en la localidad de Jan Sheijun. El ataque de Estados Unidos, además de terminar con la vida de 6 personas (aunque se cree que podrían ser más), provocó heridos y graves daños materiales. Por su parte, el presidente sirio, Bashar al Asad, ha negado haber utilizado armas químicas.
Luego de esos acontecimientos el mundo entero pidió paz, e incluso en Estados Unidos hubo manifestaciones pidiendo el cese de los ataques. Sin embargo las cosas no hicieron más que seguir empeorando.
El sábado un vehículo lleno de explosivos golpeó en las cercanías de Alepo a un convoy que trasladaba a personas evacuadas para llevarlas a un lugar seguro. Además, el lugar estaba lleno de niños, ya que justo otro vehículo se había acercado a repartir comida.
En ese ataque, que el régimen del Bashar al Asad atribuye a los rebeldes, que son apoyados por las fuerzas estadounidenses, fue negado por ellos. Pero mientras nadie se atribuía el ataque, más de 126 personas morían, entre ellas, 68 niños.
Fue en ese momento cuando el fotógrafo Abd Alkader Habak tomó una decisión. El periodista, que viajaba en el convoy para retratar la guerra, no dudó en soltar su cámara para intentar salvar a cuantos niños fuera posible.
El fotógrafo llevó a varios menores a un lugar seguro, y fue retratado por sus propios compañeros mientras corría con uno de los menores en brazos.
Luego, también fue retratado en una imagen desgarradora, cuando se arrojó al piso después de no poder salvar a otro de los niños, y desconsolado rompió a llorar.
Cada día en que la guerra continúe significa vidas inocentes que se terminan antes de tiempo como saldo de un conflicto en el que no han decidido participar.
Aunque parece que nada podamos hacer y que la guerra está lejos, cada uno de nosotros aún puede salir a la calle y exigir a los gobernantes de todo el mundo que tomen la decisión de terminar con la violencia. ¿Hasta cuándo toleraremos que quienes tienen poder sigan adelante esparciendo la muerte? Elijamos la paz.