Pretty Boy es un elefante macho que vivía en las cercanías del parque nacional Mana Pools, en Zimbabue, cuando recibió un disparo en la frente proveniente del arma de un cazador furtivo.
El animal vivió varias semanas con la bala en su cabeza, hasta que fue encontrado por un móvil veterinario de la organización AWARE Trust que se encarga de preservar la fauna salvaje de la zona.
Los rescatistas cuentan que fue el mismo elefante quien, al verlos y reconocer a los veterinarios, se acercó a pedir ayuda, tal como cuenta en sus redes sociales la organización AWARE.
Una de las especialistas que lo atendió confirmó que la bala estuvo a cinco centímetros de costarle a Pretty Boy la vida. Afortunadamente, no perforó su cráneo, por lo que los veterinarios pudieron curar su herida y ayudarlo a recuperarse. Al día siguiente, ya lo encontraron mucho más relajado y feliz. Aunque tardará en recuperarse, su salud ya no está en riesgo.
Debido a que en el parque hay controles que impedirían que alguien pudiera acceder con un arma y disparar a los animales, desde la organización sostienen la hipótesis de que un cazador furtivo disparó al elefante fuera del parque, y este entró por sí mismo para guarecerse.
La caza furtiva de elefantes, que tiene lugar en África, ya que es la zona en la que estos animales viven, alcanzó en 2011 el más alto nivel registrado. Desde ese año comenzó a bajar, porque se legisló al respecto, pero aún se dan más asesinatos de elefantes que nacimientos.
El objetivo de los cazadores es comerciar el marfil de sus colmillos. Los elefantes no están amenazados solamente por la caza ilegal, sino que también se los mata legalmente. China es el país en el que acaba la mayor parte del marfil.
En 2008, por ejemplo, China compró legalmente 65,8 toneladas de marfil africano. Desde ese momento, debido al crecimiento económico de ese país, la demanda de bienes de lujo fabricados a partir de los colmillos de los elefantes ha aumentado, haciendo disparar la casa furtiva a niveles nunca antes vistos.
La lucha policial o legal contra el comercio ilegal no es suficiente, porque aún cuando se detiene la venta no se remedia la muerte de los animales. Para que la matanza se detenga, es necesario que la demanda de marfil se reduzca a cero, y para eso hace falta un gran trabajo de concientización y difusión en el mundo entero. Todos podemos aportar nuestro granito de arena difundiendo esta información.
¡Súmate a la protección de los animales salvajes!