Si creías haber visto todo en el cielo, te equivocas. Una nueva categoría de nube, llamada "undulatus asperatus" (o asperitas) ha sido reconocida en todo el mundo por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
La nueva nube fue incluida en la versión actualizada del Atlas Internacional de Nubes, en el marco del Día Meteorológico Mundial, celebrado el 22 de marzo. Es la más reciente inclusión de una nube en más de medio siglo.
Quien las "descubrió" fue la asociación británica Cloud Appreciation Society. Los miembros enviaron fotografías de cielos donde aparecían estas nubes en todo el mundo y fue allí cuando encontraron características que se repetían.
Esta nube, según lo que observaron, se destacaba por tener ondas en la base, como si se mirara la superficie del mar desde abajo. Además, según observó, tienden a ser de baja altura, y se caracterizan por un aspecto caótico y espeluznante.
Pero además, en el Atlas internacional de Nubes también reconoce cinco nuevas “nubes especiales” : cataractagenitus (originadas por las cataratas), flammagenitus (formadas sobre fuentes de calor intenso, como incendios forestales), homogenitus (generadas a partir de los gases de escape de los motores de las aeronaves. ), silvagenitus (características de bosques húmedos) y homomutatus (nubes que se modifican con el paso de aviones).
¿Cómo se forman las nubes?
La irradiación de la tierra calienta el aire, haciendo que se eleve hasta que llega un punto en que el vapor de agua se enfría y condensa en gotas pequeñas de agua o hielo. Al estar suspendidas en el aire, estas gotas están en movimiento y, debido a las corrientes de aire, chocan unas con otras, agrupándose y formando lo que vemos como nubes. Cuando las gotas crecen, caen en forma de lluvia que luego se volverá a evaporar y formará nubes nuevamente.
Su forma o tamaño depende de algunos factores como ser: la velocidad de condensación, la temperatura ambiente, las temperaturas de las altas capas y de su humedad.
Para observarlas, lo más recomendado es que el aire sea claro (sin niebla, polvo, humo, etc), que el sol se encuentre alto para que brinde luz, y que las nubes estén por encima del horizonte.
Éste es un ejemplo de ciencia ciudadana: gracias a la tecnología de los teléfonos inteligentes e Internet, las personas han hecho su aporte y ahora, su descubrimiento, ha sido reconocido por la ciencia.
¡Disfruta del cielo volteado sobre el césped!