Helen y Maurice Kaye son una pareja de Inglaterra que lleva 80 años casada. Se conocieron cuando eran adolescentes, 10 años antes de la Segunda Guerra Mundial. Si bien no todo fue maravilloso, aseguran tener un matrimonio perfecto.
La gente siempre quiere conocer el secreto detrás de nuestro matrimonio de 80 años. La verdad es que no sé qué es lo que lo hace funcionar. Nos gusta la compañía del otro, y él siempre me hizo reír mucho. Es el bromista más grande del mundo, cuenta Helen.
La pareja considera que lo más importante que ha aprendido en estos 80 años es la tolerancia. Le doy un poco, ella cede un poco, explica Maurice. Las discusiones también hacen que se mantenga interesante. No puedes estar de acuerdo en todo, agrega Helen. Sin embargo, destacan que la clave es perdonar y olvidar.
Helen y Maurice tienen 101 y 102 años, respectivamente. A pesar de su avanzada edad, se mantienen jóvenes y saludables. Helen habla de iPads. Maurice adora manejar, aunque sus nietos lo convencieron para que deje de hacerlo cuando cumplió 100.
Cuando se conocieron, en 1928, él tenía 17 y ella 16. Helen trabajaba en la tienda de ropa femenina de su madre. Maurice fue al local a vender las prendas que su padre fabricaba. Lo que se suponía que debía ser una transacción rápida, terminó durando tres horas. Maurice hablaba sin parar tratando de conquistar a su futura esposa. Quien más tarde se convertiría en su suegra terminó por preguntar: ¿Quién lo va a echar? ¿Tú o yo?
Él me llamó por teléfono para invitarme a una cita, cuenta Helen. Esa noche fueron a bailar; fue la primera de muchas. Creo que lo que me hizo enamorarme de él fue que tenía un auto. No había muchos jóvenes que los tuvieran en aquella época, recuerda Helen.
Al cabo de algunas citas, Maurice le propuso matrimonio con un hermoso anillo. Sin embargo, el casamiento no llegó hasta 1934, ya que la madre de Helen creía que su hermana mayor debía casarse primero.
Nuestra boda fue maravillosa. Fue en Londres y tuvimos alrededor de 200 invitados. Como era muy pequeña, tuve que mandarme a hacer un vestido. Copié el diseño del que había usado la actriz Claudette Colbert en la película Sucedió una noche. Tenía flores hechas a mano cosidas en la parte de arriba, recuerda Helen.
Sin embargo, no todo fue color de rosas. Tuvieron que atravesar la Segunda Guerra Mundial y dos de sus hijos fallecieron después de estar gravemente enfermos. A pesar de las tragedias que les tocó vivir, los Kayes aseguran haber tenido un matrimonio perfecto.