Los instintos son unas fuerzas naturales inexplicables con las que todos los seres vivos nacemos, y si bien los humanos somos capaces de superarlos la mayor parte del tiempo, hay ciertas ocasiones en las que se apoderan de nosotros y dejamos de pensar lógicamente.

Es por eso que debemos aprender a confiar en nuestros instintos. Pero para eso debemos primero saber reconocerlos y las situaciones en las que pueden activarse.

Estos son 3 de los instintos más importantes a los que siempre debes prestarle atención y aprender de ellos.

Esto va fuertemente atado al instinto de supervivencia. Por encima de todo queremos mantenernos vivos y la sensación de peligro es la forma en la que el cuerpo nos advierte que algo no está bien en nuestros alrededores, y debemos prestarle atención cuando aparece.

Una de las formas en las que se manifiesta es con una punzada en medio del pecho o una sensación de angustia qué no sabemos de dónde proviene, pero tampoco podemos negar. Recuerda que nuestro instinto puede sentir situaciones que nuestra mente y sentidos conscientes son incapaces de predecir, y cuando aparece debemos asegurarnos de no ignorarlo.

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Si bien es cierto que puede venir de un prejuicio, también es cierto que algunos lugares, personas o situaciones “no nos convencen”. También puede suceder lo contrario, que algunas personas nos dan “buena espina” sin siquiera conocerlas, y esto también puede ser resultado de un prejuicio.

Lo importante es reconocer la primera impresión que nos da alguien y discernir si es una idea bien fundada o solo un preconcepto.
Estar en contacto con este instinto puede ayudarnos a mantenernos lejos de situaciones o personas negativas.

Todos los días estamos tomando decisiones, a toda hora, y reconocer cuáles son acertadas y cuáles no es una habilidad que nos llevará muy lejos en la vida.

Cuando se trata de tomar decisiones relacionadas con nuestra vida, nuestros instintos son siempre una fuente de sabiduría y confiar en ellos puede traernos muchas cosas buenas.

Algunas investigaciones indican que en hasta el 90% de los casos nuestras respuestas irracionales instintivas pueden llevarnos a la decisión correcta. Sin embargo, para los instintos mencionados y cualquier otro, no debemos tomarlos como absolutos todo el tiempo.

Es necesario aprender a discernir entre lo que nuestras emociones más profundas nos dicen y lo que nuestro cerebro consciente piensa. Debemos experimentar y crear un criterio, pero nunca debemos ignorar nuestros instintos.