Nunca sabes cuándo podrás encontrarte en una situación de emergencia que te sorprenda sin saber cómo actuar de la manera correcta. Por eso, si te informas y preparas, sabrás cómo responder con calma y a tiempo. 

Especialmente con los niños pequeños, suelen ocurrir accidentes que muchas veces se vinculan con su propia etapa de experimentación. Aun así, debes procurar estar atento y acompañar a tus pequeños en su desarrollo. 

Los atoramientos o ahogos suelen ser bastante comunes, pero no dejan de ser una situación angustiante ya que es preciso actuar a tiempo para que el niño vuelva a respirar normalmente. En todos los casos, primero debes serenarte para poder actuar de manera correcta sin que la situación se apodere de ti. Conocer cómo reaccionar podrá darte seguridad y salvar una vida. 

“PAS”: Proteger, Avisar, Socorrer

Frente a cualquier accidente o situación de emergencia debemos responder a través de 3 pautas que se resumen en la regla "PAS": Proteger, Avisar, Socorrer.

Proteger: en primer lugar hay que asegurar la protección del accidentado y de tí mismo. 

Avisar: informar a los servicios de emergencia, ya que aquello que nosotros podremos hacer solo será una atención primaria. 

Socorrer: una vez que se ha protegido y avisado, se pueden practicar los primeros auxilios. 

Cómo actuar si un niño se está ahogando

Es muy común que un niño se atore con algún alimento o elemento que, en su etapa de descubrimiento y experimentación, se lleve a la boca. En ambos casos, las vías respiratorias se obstruyen generando falta de aire. Esta situación suele ocurrir de forma rápida e inesperada, por lo que es importante saber qué hacer y qué no hacer en estas circunstancias para evitar la asfixia u otras complicaciones.

En estos casos, pueden darse dos situaciones:

Que el objeto no impida que el niño pueda respirar. Lo más recomendable en estos casos, cuando el niño puede llorar y toser, es llevarlo rápidamente a un hospital de urgencias para que sean los médicos quienes eliminen el objeto.

Que el objeto impida que el niño pueda respirar. En esta situación, debemos actuar cuanto antes, y realizar una maniobra para desobstruir la vías respiratorias, que será diferente si el bebé es menor o mayor a los 2 años. 

Si es menor de 2 años

1. Coloca al niño boca abajo en tu pierna mientras lo sujetas con el brazo y antebrazo.
2. Dale, por lo menos, 5 palmadas firmes pero no bruscas, en la parte superior del bebé con cuidado de no lastimarlo.
3. Manten al niño y, con extremo cuidado, introduce tu dedo en la boca para cerciorarte de que el objeto esté allí y evitar que vuelva a tragárselo.

Si es mayor de 2 años

Con los niños mayores de 2 años, la maniobra que se utiliza es la misma que se aplica en adultos. 

1. Colócate detrás del pequeño e inclínalo un poco hacia delante.
2. Cierra tu puño y colócalo en el centro del estómago.
3. Coloca tu mano libre encima del puño; rodeando con ambas manos al niño.
4. Realiza algunos movimientos rápidos y firmes con una leve presión hacia arriba. 

Si el niño se ahoga en una piscina

En estos casos, se suministra RCP (Resucitación Cardio-Pulmonar), un procedimiento que consiste en realizar compresiones en el tórax combinadas con respiración artificial. Esta técnica favorece que la sangre fluya hacia el cerebro y lo oxigene para recuperar las funciones vitales más importantes. Para realizarla, sigue los siguientes pasos: 

1. Frota el pecho del bebe o niño para comprobar si responde. De no emitir ningún sonido ni hacer ningún movimiento llama al servicio de urgencias.
2. Verifica si hay signos de respiración. Observa el pecho y pon tu oreja cerca de la boca del niño para escuchar si respira.
3. Coloca al niño sobre una superficie plana y firme. Pon tus dedos índice y mayor sobre su esternón justo debajo de la línea imaginaria que une los pezones.
4. En ese punto realiza 30 compresiones de manera rápida pero con una breve pausa entre cada una, aplicando una presión que permita hundir el pecho 3 ó 4 centímetros.

5. Luego de terminar de hacer las compresiones, pon la palma de la mano sobre la frente del niño y con la otra mano, sujeta la barbilla y mueve la cabeza levemente hacia atrás para favorecer la apertura de las vías respiratorias.
6. Cubre la nariz del niño y coloca tu boca abierta sobre la suya de forma hermética y exhala aire lentamente dos veces. Si ves que el pecho del niño no se mueve o eleva, realiza nuevas repeticiones procurando siempre tapar su nariz e insuflando más aire a sus pulmones continuando con la respiración. 

Repite esta serie de 30 compresiones con 2 respiraciones hasta que llegue el servicio de emergencia médica. En general, luego de practicar una RCP con éxito, el niño puede experimentar vómitos o dificultad en la respiración. Para eso, colócalo lateralmente con el rostro ligeramente hacia abajo para mantener sus vías respiratorias abiertas.

De todas formas, es recomendable que tomes un curso de primeros auxilios para practicar estas técnicas y actuar correctamente y con seguridad ante cualquier emergencia.


Importante: Debe aclararse que La Bioguía no da consejos médicos ni receta el uso de técnicas como forma de tratamiento para problemas físicos o mentales sin el consejo de un médico, sea directa o indirectamente. En el caso de aplicar con ese fin alguna información de este sitio, La Bioguía no asume la responsabilidad de esos actos. La intención del sitio es solamente ofrecer información de naturaleza general para ayudar en la búsqueda de desarrollo y crecimiento personal.