Las mascotas son parte de nuestra familia. Quienes aprendimos a amar a los animales sabemos que su partida, incluso cuando es anunciada por su edad, es una circunstancia desoladora que nos pone ante un proceso de duelo, tan complejo como si se tratara del duelo por un ser humano querido.

Esto podemos saberlo por experiencia, pero una investigación intentó saber cómo y por qué ocurre esteproceso. 

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La pérdida de una mascota puede ser difícil y puede dar lugar a la angustia psicológica en los humanos, pero hay una falta de investigación sobre las implicaciones graves de duelo que pueden estar presentes para algunos humanos después de la pérdida de una mascota.

Un estudio publicado por la Universidad de Hawai, titulado “Dolor complicado y trastorno de estrés postraumático en la respuesta de los humanos a la muerte de mascotas / animales” intentó explicar lo que sentimos los humanos cuando perdemos a una mascota.

Resultados


Elestudio sugiere que muchas personasexperimentan un apego significativo a sus mascotas / animales y experimentancaracterísticas significativas de las reacciones de duelo (alrededor del20%) después de la muerte de una mascota / animal. Sin embargo, el porcentajede personas que experimenta una interrupción patológica importante esrelativamente bajo (5% -12%).  Porlo tanto, los niveles subclínicos dedolor y tristeza son respuestas humanas relativamente comunes a la muerte demascotas. Seproducen reacciones patológicas severas, pero son bastante raras entre los supervivientes humanos.

¿Cómo afrontar el duelo?

SegúnBegoña Elizalde, psicóloga coordinadora del grupo de trabajo en duelo ypérdidas del Col·legi Oficial dePsicologia de Catalunya (COPC) las etapas serían similares a las etapas decuando muere un familiar cercano:

1.Negación, donde aún no hemos podidoafrontarlo, pero la psicóloga considera beneficioso deshacernos o guardar losjuguetes y objetos de nuestra mascota.

2.Expresión de emociones: tristeza,melancolía, rabia…A no ser que hayas podido velarle de alguna manera, Elizalderecomienda llevar a cabo un ritual dedespedida, rodearte de amigos y ser indulgente ante las lágrimas, además deno exigirte estar bien cuando aún no lo estás.

3.Reconstrucción, aquí es cuando tedas cuenta de que con el vacío que ha dejado se han roto un montón de rutinasdiarias de las que antes no eras consciente, como sacar a pasear a tu perro yjugar en el parque, el momento ‘mantita y Netflix’ con tu gato… Es monento decrear unas nuevas.

4.Relacionarse con el recuerdo denuestro querido peludo de otra manera, de forma más segura y serena, de maneraque vayamos cuesta arriba hacia la recuperación y ya solo quede el cariño quesentíamos por ellos.