Elegir compartir con otra persona una etapa de nuestra vida es uno de los aprendizajes más intensos de la vida. Estar con un otro nos enseña muchas cosas sobre los vínculos no solo hacia afuera, sino también, con nosotros mismos. Es un aprendizaje constante sobre nuestras emociones, miedos, expectativas y creencias más arraigadas.
La vida en pareja puede ser muy hermosa porque hay otra persona que se convierte en nuestra compañera, y la profundidad y fuerza que toma ese vínculo nos llena el corazón. Pero también, una pareja implica trabajar para desarrollar la empatía, para procesar nuestras propias inseguridades y proyecciones, y limar asperezas para encontrar el equilibrio con otro.
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De algo no hay duda: todas las personas que llegan a nuestra vida están ahí por alguna razón. Hay algo que tenemos que aprender, ya sea desde el amor o desde el dolor. Pero a veces, ese aprendizaje ya se ha cumplido, los caminos comienzan a separarse y va llegando el momento de decir adiós.
A veces es muy fácil advertirlo, pero otras, no. Por eso en esta nota podrás conocer 7 formas sutiles de advertir que el final se acerca, y seguramente será la puerta para un nuevo comienzo.
1. Sienten un malestar inexplicable
Es común que cuando las cosas con nuestra pareja no estén funcionando tan bien como nos gustaría, comiencen a aparecer malestares. Pueden ser físicos, como dolor de estómago, contracturas o cefaleas, o bien emocionales, como mal humor, irritabilidad, etc. Cuando se vuelven muy recurrentes podrían ser manifestaciones de que algo en nuestro entorno no está bien y que la presencia del otro en lugar de darnos bienestar, nos empieza a hacer daño.
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2. Callan cosas que antes no
Si la relación había alcanzado un nivel de apertura tal que los dos se sentían cómodos hablando con el otro y podrían incluso entenderse sin decir una palabra, y ahora eso no está sucediendo así, podría ser una señal de alerta. Quizás ya no se entiendan como antes, o cada uno esté más centrado en su propio mundo interior y desarrollar la empatía le resulte difícil. Por eso puede haber más malentendidos o conversaciones que parecen que no van a ninguna parte.
3. Las peleas se vuelven recurrentes
Quizás este punto sea el menos sutil de todos, pero a veces con la cotidianidad, las peleas pueden volverse recurrentes y "normales". Un poco derivadas del punto anterior, las discusiones constantes o siempre centradas sobre lo mismo, son el índice número 1 de que hay algo que no anda bien entre los dos.
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4. Tienen planes diferentes hacia el futuro
Muchas veces puede pasar que luego de estar muchos años en pareja, los caminos comienzan a abrirse. Quizás para uno el horizonte empieza a ser irse de viaje o escalar en el trabajo, y para el otro sea comprar una casa o tener un hijo. Los proyectos y aprendizajes individuales pueden separar a una pareja y abrir hacia cada uno un nuevo recorrido.
5. Sienten aburrimiento, apatía o desconexión
Una relación nunca es estable completamente hacia adentro; siempre tiene momentos más tranquilos, de pura conexión y otros difíciles; es parte de todo intentar trabajarlo de a dos. Pero si esto se vuelve más y más recurrente, y no hay manera, por más de que ambos lo intenten, de generar interés, motivarse y volver a conectarse, quizás podría ser señal de que algo no está fluyendo bien. A veces esto no necesariamente quiere decir que la relación va a terminar, pero sí que habrá que pasar a una siguiente etapa si es que ambos quieren seguir juntos.
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6. Aumentan excesivamente el tiempo fuera de casa
Tener un espacio personal dentro de la pareja es vital para el crecimiento personal, y también de los dos. Pero cuando alguno o ambos llenan su agenda de actividades y evitan pasar tiempo con el otro puede ser un indicio de que algo esté fallando.
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7. Crece la inseguridad
Aunque en general en una pareja siempre hay uno de los dos que es más inseguro y puede tener celos del otro, la relación, en sí, debe ser segura y confiable. Si constantemente es puesta en duda, debatida, interrogada de forma negativa, posiblemente haya una disconformidad que quiera salir a la superficie.
¿Haz notado alguna de estas cosas en tu pareja? Convérsalas. Recuerda que todo es de a dos y que puedes estar a tiempo de cambiar el rumbo de las cosas.