Despertar, sentir la disparidad entre el cuerpo y la mente. Esperar a que los ojos hagan un esfuerzo por concentrarse pero seguir acostados por la comodidad de la cama y la imposibilidad de moverse, pensar que solo serán unos minutos más y volver a dormir. Despertar más tarde y con prisa, dejar las cosas a medias y salir al trabajo para enfrentarte a una pila de obligaciones que parecen no tener sentido. Postergar y salir tarde. Cocinar lo más sencillo que encuentras y ver televisión mientras comes, no limpiar los cubiertos y dejarlos para otro día.
La pereza te consume día a día. Los momentos que pasas postergando cosas y poniendo excusas son tan largos que mientras te convences de no hacer algo, ya podrías haber hecho eso y un par de cosas más. La pereza es un hábito difícil de erradicar, pero sin duda lograrlo es como despertar de un sueño. Verás el pasado con incredulidad y sabrás que nunca querrás volver a ser así.
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Hazlo temprano
Lo más óptimo es que cambies tus hábitos para despertar por la madrugada, y que al primer zumbido de tu alarma, te levantes. Toma un baño, refréscate, oblígate a salir de la cama y en esas primeras horas, haz lo más importante del día. Recuerda la regla de los dos minutos. Si hay algo que te tome dos minutos o menos, hazlo inmediatamente. Muchas personas logran hacer la mayor parte de su trabajo en las primeras horas del día y después avanzan poco a poco.
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Avanza poco a poco
La pereza es difícil de quitar, pero si pasas la vida procastinando no lograrás nada. Si una tarea te cuesta trabajo, oblígate a avanzar cinco minutos sin interrupciones, toma un pequeño descanso y regresa a ella. Si quieres hacer ejercicio, no intentes una clase extrema de crossfit para comenzar, sal a correr solo unos minutos y poco a poco ganarás más condición. Ve a tu ritmo, pero asegúrate de que lo hagas diario y que avances poco a poco.
Cierra las rutas de escape
Es obvio que alguien con pereza no está pegado a las redes sociales o a otras distracciones porque quiere, sino que se trata de una especie de adicción. Pero debes alejarte de esas cosas si quieres llegar a tus metas. Comienza instalando extensiones que bloqueen Facebook y otras redes sociales por el tiempo que quieras estar completamente concentrado. Desconecta la televisión, trabaja lejos de tu teléfono y acostúmbrate a poco a poco hacer más en menos tiempo.
Mantenlo real
No caigas ante la frustración, es un proceso lento. Se dice que se tardan 21 días en crear un hábito, pero estudios recientes demuestran que pueden ser hasta 70 días de verdadero esfuerzo antes de que algo se convierta en un hábito. Lleva un registro de las cosas que haces, observa tu progreso y ve qué es lo que puedes ir eliminando y qué es lo que ya lograste erradicar que te hacía alguien perezoso.
Transforma la pereza en una aliada
Piensa que la pereza no es más que tiempo para relajarte. Si trabajas sin parar en algo, date tiempo para alejarte un momento y camina, descansa un poco, habla con alguien, revisa tus redes sociales o algo por el estilo y después regresa a tu trabajo. No eres un robot y no necesitas que todo tu día tenga que ser de productividad total, date tiempo para calmarte y sentir cómo eso que antes te atormentaba ahora es un gran aliado para continuar con tu productividad.