Somos comunicación. Cada pequeña cosa que hacemos, decimos e incluso vemos es parte de lo que expresamos al mundo. Aunque no lo creamos, gran parte de eso es registrado en el inconsciente de otros, así como también nosotros lo hacemos de forma inconsciente. Tal como dijo Álex Grijelmo al hablar sobre lo que el silencio puede significar: 

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"El silencio, frente a lo que pudiera pensarse a primera vista, no forma parte del no ser. Forma parte del ser. Y en tanto que ser, puede tener un contenido y adquirir un significado. El silencio no solo existe sino que además transmite, comunica. Y por tanto, el silencio puede mentir". 

Estas paradojas acerca de que lo que no hacemos o no decimos revela más de nosotros que nuestra propia voz, es primordial en las primeras impresiones. Tal vez carezcas de la confianza para acercarte a alguien que no conoces o quizás no sabes cómo ganarte la empatía de las personas desde el inicio. No te preocupes, estas tácticas no se tratan de mentir, ni siquiera de usar el silencio, sino de adoptar medidas que van más allá de lo que sí decimos y así ganar la confianza de la gente desde el primer momento. 

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La mirada lo dice todo

Un estudio realizado en 2013 demostró que nuestras pupilas no solo se ajustan al cambio de luz que reciben, también lo hacen a nuestra sensación de seguridad o peligro. Si dicen que en la mirada lo está todo, están en lo cierto. La gente que logra mantener sus pupilas dilatadas al hablar con alguien, tiene más posibilidades de ganarse la confianza de la gente que alguien que no puede hacer eso. Entrenando la mirada puedes lograr acercarte más a alguien sin tener que decir una palabra. 

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Competencia y afecto

Esto sirve mucho más para las entrevistas de trabajo o para las interacciones profesionales. Es un truco que muchos psiquiatras y psicólogos usan para ganarse la confianza de sus pacientes desde la primera visita. Es que, al parecer, si conoces a alguien y demuestras ser competente, puedes parecer una amenaza, pero con un pequeño error que demuestre que también eres humano, logras hacer que esa persona sienta afecto hacia ti. 

Por eso muchas veces si alguien entra a un consultorio y ve todos los diplomas en la pared del psicólogo, puede sentirse intimidado, pero tal vez el psicólogo tire su café encima y así el paciente se relajará, pues se equilibrará la competencia con la afectividad. 

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Cuenta tus secretos

Contarle a alguien cosas que te hagan vulnerable no es una gran idea, sobre todo si esa persona después lo puede usar en tu contra, pero si compartes algún secreto de tu pasado, algo que demuestre que eres una persona honesta y confiable, así como humana, hará que la persona con la que hablas sienta más afinidad contigo y confíe en ti. Piénsalo como un recurso para una primera cita: en lugar de hablar de toda tu vida, crea una situación en la que puedan hablar de forma honesta acerca de cosas importantes y personales. 

El psicólogo clínico, Joseph Burgo, autor de la última táctica, señala que si quieres ganarte la confianza de alguien, realmente lo debes hacer porque sientes empatía, no debe haber una agenda escondida y sobre todo, no debes usar todas las tácticas, pues pueden salir mal. Es mejor usar una y solo cuando realmente parezca una situación adecuada para hacerlo.