Algunas personas trabajan en actividades que les demandan de forma directa desplegar su creatividad, como los músicos, los escritores, los artistas plásticos y los diseñadores gráficos. Otros, no la necesitan de esa manera, pero igualmente es bueno conocer cómo desbloquear la creatividad cuando puedas necesitarla.
Los bloqueos creativos son comunes en ambos casos: en quienes dependen de ella y de la inspiración en el día a día; y en quienes de pronto quieren comenzar una actividad artística o llevar a cabo una idea que tenían hace tiempo y se encuentran con la mente en blanco frente al papel o la pantalla.
Estos consejos te servirán para enfrentarte a un bloqueo creativo y aprovechar el potencial que todos tenemos en nuestro interior.
1. Llena la hoja
Los artistas hablan del síndrome de la hoja en blanco para referirse a la ansiedad que surge al comenzar a escribir, a realizar un dibujo o diseño, o al empezar desde cero con el desarrollo de cualquier idea nueva.
Quizás te haya ocurrido que comenzar a escribir la primera oración de un texto te ha costado mucho trabajo, pero luego te lanzaste a escribir sin detenerte. Eso mismo puede suceder al comenzar cualquier actividad.
Para superar el "miedo a la hoja en blanco", llénala con cualquier cosa que tengas a mano. Si tienes que escribir, anota palabras sueltas que se te vengan a la mente, incluso puedes anotar los nombres de los objetos que están a tu alrededor. Si tienes que dibujar o hacer un diseño, parte de una imagen cualquiera, que puede ser solo una figura. Trabajar a partir de una palabra, forma o sonido cualquiera y comenzar por modificarlo siempre resulta más fácil que inventar desde cero.
2. Habla sobre tu idea
La mejor forma de que una idea cobre vida es contársela a otros. Si tienes la idea básica para un proyecto pero no sabes cómo comenzarlo, cuéntale a un amigo de qué se trata. En cambio, si necesitas una idea, por ejemplo para el trabajo, pero no se te ocurre nada, habla del problema. Si comienzas a explicar qué es lo que no se te ocurre, verás que poco a poco las ideas se ordenarán y comenzarán a surgir.
3. Sé positivo
Parece muy básico, pero muchas veces para desbloquear la creatividad lo que hace falta es convencerse. Aleja los pensamientos negativos y el miedo a no poder llegar a tiempo o a que no se te ocurra nada, porque ese miedo es el único impedimento para que los pensamientos fluyan.
Si tienes un mal día y no puedes apartar los pensamientos negativos, realiza alguna de estas técnicas para relajarte en 5 minutos.
4. Medita un minuto
¿Alguna vez llegaste al punto de pensar que deberías reiniciar tu cerebro como si fuera una computadora? Meditar es la manera de hacerlo. Con un simple ejercicio para meditar en un minuto, puedes despejar tu mente de todas las ideas que la agobian, para dejar lugar a que surjan nuevas.
Incluso si le dedicas 5 ó 10 minutos a la meditación, será un tiempo mucho menor que el que gastarías si te sigues esforzando sin descansar la mente, y el beneficio será inmediato.
4. Toma fotos
Sacar fotografías es un ejercicio genial para despertar la creatividad, porque te ayudará a ver el mundo de otra manera, y a encontrar detalles nuevos en los que nunca habías reparado.
Toma fotos de tu casa, de tu barrio, o sal con tu cámara (que puede ser tu teléfono) a dar un paseo. Te servirá para volver a sorprenderte del mundo que te rodea, y eso te volverá más creativo.
5. Mira cosas bellas
Dicen que la belleza genera belleza. Cuando sientas que no se te ocurre ninguna idea, busca pinturas de tu artista favorito y obsérvalas con detenimiento, o toma tu libro favorito y lee dos páginas al azar. También puedes escuchar un disco que no escuchabas hacía más de un año.
Si prestas atención al arte y piensas en qué es lo que más te gusta de tus artistas favoritos, se te comenzarán a ocurrir ideas para aplicar en lo que estés haciendo.
6. Lleva un diario de ideas
Tal vez te suceda que cuando piensas grandes ideas, estás seguro de que vas a recordarlas luego, pero no aparecen cuando realmente las necesitas.
Eso dejaría de ocurrirte si tomas la costumbre de llevar contigo un pequeño cuaderno que puedas utilizar como diario de ideas. Anota todo lo que se te ocurra durante tus picos creativos, aunque estés en la calle, por dormir, o incluso en una fiesta. Ésos son los momentos de mayor creatividad.
Cuando estés sentado en tu escritorio, solo deberás revisar el cuaderno y encontrarás tus ideas listas para ser puestas en práctica.
7. Mira a tu alrededor
Todo lo que está a tu alrededor puede darte una idea, pero quizás no le estés prestando atención. Cierra los ojos y ponte de pie, o da una vuelta en tu silla. Luego ábrelos. ¿Que hay delante de tí? Tal vez abras los ojos y veas una taza que está allí desde la mañana, una mancha en la pared, los cables que conectan la computadora, una planta que está creciendo, o una revista que está sobre la mesa. Céntrate en cualquiera de esos objetos y pregúntate: ¿puede surgir de aquí alguna idea?
8. Haz un calendario de cosas divertidas
Si la falta de creatividad te ataca muy seguido, puede que lo que necesites no sea un ejercicio para desbloquearte en un determinado momento, sino comenzar a plantearte de manera más creativa tu día a día.
Piensa 7 cosas divertidas que hace tiempo tienes ganas de hacer: plantar un árbol, comenzar a leer un libro nuevo, salir a tomar fotos en un parque, visitar una librería nueva que todavía no conoces... Haz un plan para hacer una de esas cosas cada día, durante una semana. ¡Seguramente llegues al siguiente lunes con tu creatividad mucho más despierta!
9. Visita un lugar que no conozcas
Cuando viajamos y vamos a lugares nuevos, nuestra creatividad se despierta. Pero no hace falta tomarse vacaciones: busca espacios públicos de tu ciudad que no conozcas, o simplemente toma el tren y bájate en una estación en la que nunca hayas estado y da una vuelta por ese barrio. Volverás renovado aunque solo hayas viajado a media hora de tu casa.
10. Abre un libro en cualquier página
Este ejercicio divertido va a sorprenderte: cuando tengas un problema que no sepas cómo resolver, o cuando necesites una idea y no la tengas, toma cualquier libro de la biblioteca, concéntrate en la respuesta que necesitas, y ábrelo en una página al azar.
Lee la primera frase que aparezca delante de tus ojos. Muchas veces el resultado te sorprenderá, y sentirás que te ha llegado la idea que estabas buscando.