La ansiedad es básicamente un mecanismo defensivo. Es un sistema de alerta ante situaciones consideradas amenazantes. Es un mecanismo universal, se da en todas las personas, es normal, adaptativo, mejora el rendimiento y la capacidad de anticipación y respuesta.

Todos respondemos con ansiedad ante la interrupción de alguno de nuestros proyectos, objetivos o deseos importantes para nosotros. Y si bien la ansiedad tiene la función de ayudarnos a superar obstáculos, se puede presentar de forma anormal y deteriorar nuestra salud.

Los ataques de ansiedad son comúnmente confundidos con los ataques de pánico. Los ataques de pánico se caracterizan por un acceso brusco de miedo o malestar intenso. Pueden aparecer en cualquier momento, aunque no haya nada que temer. Los ataques de ansiedad, en cambio, son más leves y normalmente se puede identificar la causa.

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Los ataques de ansiedad son detonados por preocupaciones externas (responsabilidades, límites de tiempo, etc.), mientras que los ataques de pánico son súbitos y lo que genera miedo es el ataque en sí mismo, cuya causa suele ser desconocida.

Algunos síntomas comunes que se dan ante un ataque de ansiedad son: preocupación excesiva, aprensión, temor, inquietud y miedo sobre algún pensamiento repetitivo. Pero, ¿qué podemos hacer si algún día somos víctima de alguno?

Estas son algunas de las recomendaciones que puedes seguir si en algún momento llegas a sufrir un episodio de ansiedad ante alguna preocupación que te atormenta.

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Respira

Para enfrentar un ataque de ansiedad, lo primero que debes saber es que debes detenerlo, y para eso, es necesario distraerte. Intenta respirar, exhalar, contar hasta 5. Tan pronto como recuperes el aliento, la capacidad de controlar tus emociones también lo hará.

Calma tus ojos

Calmar tus ojos le dará la sensación a tu cuerpo de que todo está bien, de que es hora de relajarse, como cuando estás a punto de dormir. No fijes la vista en nada en particular.

Estírate

Incluso en esos momentos desesperantes, estirar tus músculos te ayudará a “engañar” a tu cuerpo. También podrías bostezar para hacerle creer que es tiempo de dormir.

Tómate un vaso de agua fría

De esta manera estarás regulando la temperatura en caso de que tengas mucho calor. Intenta beber de a sorbos pequeños, con tranquilidad.

Enfrenta el miedo

Cuando todo lo malo haya pasado, analiza las posibles causas del ataque, hazles frente y decídete a mejorar en ese campo tu personalidad. De esta manera, no te tomarán desprevenido la próxima vez.

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Si bien los ataques de ansiedad no son reconocidos por los especialistas, son muy reales y debemos estar preparados para ellos. Sigue estas recomendaciones si en alguna ocasión sufres un episodio.

Si consideras que tienes un problema que supera tus capacidades individuales, deberías asistir a un médico que te refiera a un especialista.

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Fuente:

Clínica de la Ansiedad

VIX

Asociación Ayuda

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