Que una persona padezca piel atópica no quiere decir que se trate de una enfermedad contagiosa. Sin embargo, es una afección crónica que se puede presentar en bebés, niños y adultos. Descubre qué es la piel atópica y cuál es su tratamiento.
Tener piel atópica, aunque no es una enfermedad grave, representa un problema para quien la padece. Puesto que no tiene cura, es duradera y se manifiesta con otros síntomas molestos como la rinitis alérgica o el asma.
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¿De qué se trata la piel atópica?
También conocida como eccema atópico, se trata de una afección inflamatoria de la piel, que no es contagiosa y, generalmente es hereditaria y está relacionada con una piel seca y muy irritable. La piel atópica en bebés y niños es bastante común, pero también puede manifestarse en adultos. Suele manifestarse con lesiones que generan un picor intenso y puede afectar a cualquier parte del cuerpo.
Estas lesiones aparecen en la barbilla, mejillas, brazos, muslos y en el abdomen. Dicha localización de las lesiones suele evolucionar con el paso del tiempo, aunque desaparece con la edad. En dado caso que se presente piel atópica en adultos, al haber continuado toda la vida esta enfermedad, la enfermedad se alterna de mejoría con brotes agudos o etapas de empeoramiento.
Cuando existe esa combinación entre piel atópica, asma y rinitis alérgica es conocida como enfermedad atópica. Para los casos de piel atópica en bebés y niños, entre un 70% a un 80% de los pacientes poseen antecedentes familiares con esta enfermedad.
¿Quién puede padecer piel atópica?
Se trata de una enfermedad que afecta a ambos sexos por igual, pero durante la adolescencia ocurre con más frecuencia en las mujeres que en los hombres. Puede aparecer en cualquier edad, aunque es común la piel atópica en niños y bebés antes de los 3 años. Incluso es posible que la piel atópica en bebés aparezca en los primeros meses de vida.
De acuerdo con la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), la piel atópica en bebés se puede presentar en un tercio de la población de lactantes. Sin embargo, los síntomas son bastante leves y desaparecen en poco tiempo. Como se ha mencionado, la prevalencia de dicha enfermedad disminuye con el crecimiento.
Si bien la piel atópica en niños llega a afectar hasta a un 20% de esta población, en la mitad de estos casos suele desaparecer antes de los tres años y, en el 75% de los casos antes de que llegue la adolescencia. Para el resto de los casos, la piel atópica persiste por muchos años. Generalmente, la permanencia de esta enfermedad ha experimentado un incremento progresivo en las últimas décadas dentro de los países occidentales. Este aumento es más elevado en grandes ciudades y en áreas industriales.
¿Cuáles son las causas de la piel atópica?
La piel atópica o dermatitis atópica es una afección inmunológica con base genética hereditaria. El organismo de quien padece esta enfermedad reacciona de forma exagerada a ciertos estímulos ambientales, provocando disfunciones en la barrera cutánea. Estas alteraciones en el funcionamiento de la barrera es un aspecto determinante, que permite el ingreso de alérgenos mediante la piel.
Según la Asociación de Familiares y Pacientes de Dermatitis Atópica (ADEA), la piel de los pacientes con esta afección sufre un cambio en la epidermis. Perdiendo agua por evaporación y tomando un aspecto seco. Dicha barrera epidérmica funciona como protección contra los agentes externos. Al ocurrir una alteración en esta berrera debido a una mutación en una proteína de la estructura conocida como filagrina, podría alterar el funcionamiento de la epidermis.
Esto último es lo que provoca la aparición de dermatitis atópica. Por otro lado, el rascado constante estimula de forma directa las células de la epidermis, y activa un ciclo que al final provoca un picor mucho más intenso.
¿Cuáles son los síntomas de la piel atópica?
Hay que tener presente que se trata de una enfermedad que posee una distribución que es característica, que varía dependiendo del paciente.
Piel atópica en bebés: A manudo empieza con la aparición de un enrojecimiento en las mejillas que avanza hacia la frente. Así como a pabellones auriculares, cuello, mentón y cuero cabelludo. Por lo general con la representación del triángulo nasolabial (correspondiente a la nariz y los labios). En el cuerpo genera efectos en la parte interna de tórax y la superficie dorsal de las extremidades, permaneciendo libres las áreas de los pliegues.
Piel atópica en niños: Quedan afectados principalmente los pliegues en los que se doblan las piernas y los brazos. Otras zonas frecuentes son los tobillos, muñecas, pliegues de los glúteos, cuello y rostro. Especialmente las áreas cercanas a la boca y párpados.
Piel atópica en adultos: El eccema crónico en las manos podría ser la principal manifestación de la piel atópica. También son áreas frecuentes el cuello y los párpados. Donde son excluidas otras causas de la piel atópica como el contacto. Para los casos de dermatitis grave, la manifestación puede tratarse de piel roja, al igual que descamada generalizada.
Los síntomas de la piel atópica, que alternan en todo momento en episodios de mejora con otros que empeoran, abarcan:
- Piel escamosa y reseca. Tanto el picor intenso como la distribución típica son aspectos claves para realizar un diagnóstico.
- Prurito o comezón.
- Grietas que aparecen detrás de las orejas.
- Presencia de sarpullido en piernas, mejillas y brazos.
- Aparición de erupciones en el cutis y detrás de las rodillas, en los pies, manos y en la parte interna de los codos.
- Las áreas en las que se han producido lesiones persistentes podrían quedar blanquecinas. Ya que ocurre una perdida en el pigmento prolongado o transitorio.
- En los casos más graves, la piel podría infectarse fácilmente con virus, bacterias o diversas clases de hongos o herpes.
- Aparte de esto, el rascado frecuente impulsa un picor que genera más enrojecimiento, rajaduras, hinchazón, costra, llagas con secreciones de líquido claro y piel gruesa.
¿Cuál es el tratamiento de la piel atópica?
El objetivo que tiene el tratamiento de la piel atópica es sanar las áreas afectadas y prevenir los brotes. Un tratamiento como este tiene que ser individual, identificando y disminuyendo los efectos que provocan la dermatitis. Por lo tanto, el tratamiento se basa en las siguientes medidas:
Cuadros leves: Cuidados generales de la piel relacionados con su hidratación y la prevención de la irritación.
Cuadros moderados o que presenten picor intenso: Además de los cuidados anteriores, se le agrega el uso de algún antiinflamatorio. Que a menudo es un corticoide en pomada o crema, al igual que un antihistamínico de vía oral.
Cuadros intensos, demasiado intensos y rebeldes al escalón previo: Para este caso, se tiene que recurrir a los corticoides de vía oral. Tienen que ser administrados por breves períodos de tiempo y en la menor dosis que sea posible.
Otras opciones para tratar la dermatitis atópica son la luz ultravioleta o la administración de inmunosupresores, como en el caso de la ciclosporina de vía oral. A los que se tiene que acudir si los ciclos de corticoides se repiten de manera excesiva o no se pueden realizar.
Aparte de esto, el paciente, al igual que sus familiares, tienen que hacer lo posible por tomar nota de los factores o los estímulos que mejoran o los que empeoran la enfermedad. Así como llevar un estilo de vida apropiado, alejado de cada una de las cosas que desencadenan los brotes.
¿Cómo tratar la piel atópica con medicina natural?
Dentro de la cosmética natural hay extractos de plantas y aceites vegetales que son de gran ayuda para cuidar y tratar la dermatitis atópica de manera eficaz. Entre estos se encuentra el aceite de almendras dulces, la manteca de karité y el aceite de oliva. Proporcionando nutrición, hidratación y al mismo tiempo regeneran la piel. Evitando aparezca sequedad y picores que son típicos en esta enfermedad.
También es fundamental el aloe vera dentro de los cuidados de la dermatitis atópica. La cantidad de minerales que posee, provoca que la piel se hidrate con mayor rapidez, recuperando la jugosidad y suavidad natural. Así mismo, las plantas más adecuadas para calmar los brotes son la manzanilla y la caléndula. Ya que los extractos de estas plantas contienen propiedades antisépticas, sedantes y recuperadoras de la dermis.
Los cuidados al momento de tomar una ducha también son importantes. El vapor y el agua caliente ayudan a ablandar la piel. Si se padece esta enfermedad es importante escoger productos que tengan un pH neutro. Libres de alcohol sintético, detergentes, perfumes artificiales, sin sulfatos ni parabenos. Por lo tanto, escoger jabones neutros biodegradables, hechos con materias primas ecológicas certificadas y de alta calidad, es una buena alternativa.
Fuentes: Medlineplus, Mayoclinic, Cinfasalud.