El ejercicio no debe ser una causa perdida. Muchas veces tenemos el tiempo encima y se come muchas de las tareas que sabemos que deberían ser una prioridad. Una de ellas es el ejercicio. Tal vez la mejor forma de comenzar a hacerlo es enfocarnos en una parte de nuestro cuerpo y ejercitarla hasta comenzar a ver resultados. De esa forma después la motivación para invertir más tiempo en eso será una realidad.
Una de esas zonas son los pectorales. Cuando hacemos ejercicio muchas veces vamos inmediatamente a las piernas, los brazos o los glúteos, y los pectorales quedan relegaos a ejercicios secundarios. Si inviertes esa tabla de prioridad, tal vez por fin cumplas con los ejercicios como se debe.
Recuerda que debes tener disciplina, la constancia en el ejercicio y una buena alimentación, así como tener días de descanso entre las rutinas son lo que te harán lograr tu objetivo. Cuando comiences a ver resultados, esa motivación debe llevarte a ejercitar el resto de tu cuerpo.
Flexiones
Las flexiones no son una gran ciencia, pero sí un gran reto. A pesar de que todos las hemos hecho en algún momento de nuestra vida, repetirlas de forma correcta es algo que no todos logran. Para ejercitar los pectorales cuando haces flexiones, la rapidez es esencial. Puedes aumentar la velocidad mientras tu técnica y condición mejoran.
Después de eso las flexiones pueden variar. Intenta hacer las de potencia, en las que despegues pies y manos del piso para después tocarlo y bajar completamente. Es realmente agotador pero funcional. También puedes hacer las de palmada que consiste en subir y despegar las manos del suelo, aplaudir y volver a bajar.
Press de banca
Lo ideal sería tener una banca como las del gimnasio pero si no, simplemente con estar recostado en una superficie plana es suficiente para que puedas subir y bajar los brazos hasta que sientas la exigencia del músculo. Recuerda que si no duele, no está dando resultados.
Elevaciones laterales
Trabajar el pecho también implica hacerlo por los costados. Los ejercicios de elevaciones laterales son ideales, lo mejor es que sólo necesitas unas mancuernas para lograrlo. En lugar de hacer este a una alta velocidad, lo mejor es ir tranquilo, sostener varios segundos cuando estés hasta arriba, bajar rápido y subir lentamente una vez más.
Intenta hacerlo de forma lateral, pero no te restrinjas de intentarlo con series de movimientos frontales para darle variación y tener mayores resultados.
Estos ejercicios pueden ayudarte más de lo que crees y sólo con hacer uno de ellos durante 20 minutos al día te pueden dar resultados en tan sólo unas semanas. El dolor no se irá, pero se convertirá en una motivación para comenzar a trabajar el resto del cuerpo.
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