Seguramente has escuchado miles de veces la frase “eres lo que comes”, y hay mucha verdad en ello. Los nutrientes que incorporamos a la dieta son en gran medida responsables de cómo nos vemos y nos sentimos. Sin embargo, puede que hagas todo de acuerdo al manual de alimentación, y sientas que no hace efecto en ti. Es posible, entonces, que tengas problemas en el intestino.
Básicamente, el intestino es el responsable de la absorción de los nutrientes. Es decir, el intermediario a través del cual lo que comes llega efectivamente a tu sangre y a tus células. Si tienes problemas en el intestino, no importa cuántos nutrientes incorpores en tu dieta: estos nunca llegan a su verdadero destino.
Entonces, si hace tiempo que llevas una dieta balanceada, haces ejercicio, te cuidas y aún así o ves los resultados esperados, el problema puede estar en la absorción de los alimentos. Si presentas estos cuatro signos, es hora de que pienses en hacer revisar esas vísceras.
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1. Te sientes mal de ánimo a menudo
¿Alguna vez te ha pasado que, en momentos de mucho estrés, tienes problemas como diarrea o dolor de estómago? Eso ocurre porque las emociones y el sistema digestivo están fuertemente vinculados.
Ahora bien, varios estudios recientes parecen demostrar que ese efecto también puede darse a la inversa. Es decir, que si tienes problemas en el intestino, eso afecta directamente tu estado de ánimo.
Un estudio, por ejemplo, demostró que las personas que se alimentaban con más bacterias buenas para el intestino se sentían de mejor humor y con menos ansiedad. Esto tenía que ver con que en todos los casos disminuyó el nivel de cortisol en sangre, la hormona vinculada al estrés.
Por eso, quizá tu mal humor tiene que ver más con el intestino que con el contexto.
2. Te enfermas seguido
Hay un hecho muy curioso: gran parte del sistema inmune está en el intestino. Una gran proporción (alrededor del 70% 80%) del sistema inmune se encuentra en el tracto gastrointestinal.
Por eso es que una alimentación sana previene enfermedades. Pero como decíamos al comienzo, si de hecho llevas adelante una dieta saludable, rica en nutrientes, y aún así pescas todos los resfriados que pasan cerca tuyo, puede que tengas problemas en el intestino.
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3. Tienes repentina sensibilidad hacia algunos alimentos
Uno de los problemas en el intestino más comunes es el Síndrome del Intestino Permeable. Se trata de una condición que se desarrolla cuando se abren espacios entre las células de la membrana que recubre el revestimiento intestinal.
Si se tiene esta afección, se ve dificultada la descomposición de los alimentos y, al provocar una respuesta inflamatoria por parte del sistema inmunitario, genera síntomas digestivos y ataques autoinmunes.
Dicho de otro modo, si tienes este problema intestinal, no es de extrañar que, de un día para el otro, algún alimento empiece a sentarte fatal. Es tu cuerpo que, al recibirlo "sin filtro", ataca a esos nutrientes como si se tratara de agentes extraños, lo que puede ser muy doloroso.
Así que si de pronto un alimento en particular empieza a hacerte sentir muy mal, repentinamente, o a darte cierto tipo de reacciones en tu cuerpo, es probable que esté vinculado con problemas en el intestino.
4. Estás hinchado todo el tiempo
El gas en el intestino es común, y es el resultado natural de la descomposición de los alimentos en el mismo. Pero la molesta sensación de hinchazón viene dada como consecuencia de un exceso de gas en los intestinos.
Básicamente, esto sucede cuando el cuerpo necesita demasiado esfuerzo para "luchar" contra los alimentos. Es decir, cuando la digestión se complica. En esos casos, se produce fermentación, exceso de gas y desequilibrio en la flora intestinal, produciendo así la hinchazón de vientre.
Estar hinchado es normal si has comido demasiado, o si has ingerido grandes cantidades de alimentos difíciles de manejar por el intestino, como la comida chatarra.
Pero si en días normales y habiendo seguido la alimentación saludable de siempre te sientes hinchado, puede ser causado por problemas intestinales.
Si presentas todos estos síntomas, lo mejor es que recurras a un especialista que pueda darte un diagnóstico certero y un tratamiento.
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