La acupuntura es una terapia que consiste en estimular partes específicas del cuerpo mediante la inserción de agujas muy finas. Esto crea un cambio en las funciones físicas del organismo. La práctica es originaria de Asia, donde se lleva a cabo hace miles de años. En occidente, varios hospitales cuentan con servicios que la ofrecen, pero aún no está del todo difundida.
Para los pacientes con cáncer, las investigaciones demostraron que la acupuntura reduce las náuseas y los vómitos tanto después de una cirugía como luego de la quimioterapia. También puede aliviar el dolor.
Los científicos no comprenden en su totalidad el efecto de esta técnica pero se cree que podría ayudar a la actividad de los químicos que alivian el dolor del cuerpo. También podría afectar la manera en la que se liberan las sustancias químicas que regulan la presión arterial y el flujo de la sangre.
Adopción de la técnica
Si bien apareció en China hace 5000 años, recién hace 30 y de la mano de las nuevas neurociencias se comprueba científicamente el efecto terapéutico de la acupuntura. A raíz del aval científico que demuestra su valor, en algunas universidades de medicina de Latinoamérica se comenzó a dar clases de esta técnica.
En 2007, las autoridades sanitarias de Estados Unidos realizaron un relevamiento de las distintas técnicas y métodos de las medicinas complementarias. A partir de esta experiencia, se observó que el 38% de la población adulta del país recurría a la medicina complementaria y, entre sus opciones, elegía a la acupuntura, que se practica allí desde hace más de 200 años. Asimismo, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó la aguja de acupuntura como dispositivo médico en 1996.
La acupuntura y la medicina occidental pueden trabajar en forma conjunta y articularse, para ofrecer al paciente la solución a su problema de salud. Las consultas más frecuentes son por dolor, pero puede resolver diferentes patologías mientras los cambios sean fisiológicos y no estructurales. Un ejemplo se da cuando el médico oncólogo indica la quimioterapia y el médico acupuntor realiza acupuntura para minimizar los efectos adversos de la misma.
Las agujas utilizadas para este tipo de tratamientos se pueden aplicar en todo el cuerpo, aunque fundamentalmente se utilizan las manos, los pies y la cabeza. Una sesión de acupuntura tiene una duración de aproximadamente media hora, y la frecuencia suele ser semanal y puede extenderse de 4 a 10 sesiones dependiendo del tratamiento que se realice. Actúa a nivel sumatorio de efectos, por lo que el tratamiento mínimo es de unas 4 sesiones.
Hoy en día, si bien hay diferentes acupuntores no médicos que ejercen esta práctica, en caso de una enfermedad como el cáncer los profesionales de la salud piden que la práctica sea realizada por médicos ya que están capacitados para realizar una historia clínica.