El Gobierno de Sudáfrica decretó este lunes (18.04.2022) el estado de desastre a nivel nacional por las devastadoras inundaciones que se produjeron la pasada semana en el este del país, y en las que murieron al menos 443 personas y otras 40.000 se vieron desplazadas, anunció por medio de un mensaje televisado el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa.
"Este desastre humanitario pide un esfuerzo de asistencia urgente y masivo. Las vidas, la salud y el bienestar de miles de personas aún están en riesgo. Las inundaciones han causado un gran daño social y económico", lamentó Ramaphosa. El Ejecutivo había declarado el estado de desastre a nivel provincial en la zona afectada, la oriental región de KwaZulu-Natal, dada la "extensión" y el "impacto" de estas inundaciones, la catástrofe necesita de medidas adicionales.
"Esta noche somos una nación unida en nuestro dolor. Somos una nación unida en nuestra determinación de asistir a los que han perdido sus hogares y posesiones, a los que están en desesperada necesidad de comida, agua y refugio", afirmó el mandatario. Las autoridades de KwaZulu-Natal consideran que estas inundaciones están "entre las peores catástrofes caídas sobre la provincia" en "mucho tiempo" y estiman que los daños, aún por cuantificar, son millonarios.
El último balance oficial de víctimas asciende a 443 muertos y 63 desaparecidos. En total, los afectados se cifran en 40.000 y se estima que 4.000 hogares quedaron completamente arrasados y más de 83.000 parcialmente destruidos.
Diez mil soldados para ayudar
Las inundaciones golpearon especialmente las barriadas de asentamientos informales, algunas de ellas arrasadas por completo por el agua y los corrimientos de tierra. También las infraestructuras de electricidad, transporte (incluido el puerto de Durban, que es el mayor de carga del continente africano), agua corriente y muchos centros médicos se han visto severamente afectados.
Una semana después de la tragedia, los habitantes de Durban siguen sin agua y electricidad, y camiones cisternas se encargan de distribuir agua, aunque las localidades bloqueadas por los cortes de ruta siguen sin suministro de ningún tipo. El Gobierno desplegará a 10.000 soldados para ayudar en la búsqueda, en las operaciones de limpieza y en el transporte de equipamiento y ayuda humanitaria.
Los socorristas siguen en alerta, "pero las operaciones de rescate ya terminaron. Ahora se trata de la búsqueda y recuperación", explicó a la AFP Dave Steyn coordinador de uno de los equipos.