¿Qué son los RAEEs?
La mayoría de personas solamente está familiarizada con dos grandes corrientes de residuos que se generan en la ciudad: la basura, que incluye a aquellos residuos que ya no pueden aprovecharse y que por ese motivo deben desecharse, y los reciclables, materiales que, mediante un proceso de reciclaje o a través de su reutilización, pueden recuperarse y reinsertarse en la industria, produciendo un gran beneficio para el ambiente. Algunas personas incluso reconocen a los materiales compostables, que son los restos orgánicos (como cáscaras de frutas o huevos, café, té y yerba, entre otros) que pueden utilizarse para fabricar compost.
Sin embargo, existen residuos que, por sus características particulares, no pueden ser simplemente arrojados a la basura o al cesto de los reciclables, sino que deben recibir un tratamiento especial. Este es el caso de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (comúnmente conocidos a través de la sigla RAEEs): celulares viejos, monitores, teclados, computadoras, electrodomésticos en desuso y otros aparatos similares que, por su tamaño o por el tipo de materiales potencialmente tóxicos que poseen, deben ser gestionados de forma ambientalmente segura.
¿Por qué es importante disponer adecuadamente de estos residuos?
Los RAEEs son un residuo sumamente común en las ciudades. En la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, cada año se generan unas 20.000 toneladas de este tipo de residuos. Esto equivale a casi 7 kilos de RAEEs por habitante, cada año. Y en la Argentina, la cifra de RAEEs generados alcanza las 292.000 toneladas anuales.
Por este motivo, el Ministerio de Ambiente y Espacio Público (MAyEP) de la Ciudad de Buenos Aires está gestionando este tipo de residuos bajo la categoría de Residuos Sólidos Urbanos Sujetos a Manejo Especial (RME). Esto quiere decir que, debido a su tamaño, volumen, cantidad y/o a sus potenciales características de peligrosidad, nocividad o toxicidad, los RAEEs reciben un tratamiento diferenciado del resto de los Residuos Sólidos Urbanos. De esa manera, se evita la liberación al ambiente de sustancias como mercurio, plomo, cadmio y otros metales pesados, aceites minerales y gases refrigerantes.
¿Qué puedo hacer con mis RAEEs?
La Ciudad de Buenos Aires tiene una red de Puntos Verdes ubicados en parques y plazas a donde los vecinos pueden acercarse a disponer sus materiales reciclables. Dentro de esa red, existen Puntos Verdes Especiales que se encargan específicamente de recibir los residuos especiales de origen doméstico, como los RAEEs y también los Aceites Vegetales Usados (AVUs). Cada persona puede acercarse a cualquiera de los 15 Puntos Verdes Especiales (funcionan de miércoles a domingo, entre las 11 y 19 h) para llevar hasta 3 aparatos de informática y comunicación (como celulares, CPUs o monitores, por ejemplo) y hasta 3 pequeños electrodomésticos (como planchas, licuadoras o cafeteras).
También existen los Punto Verde Móviles, que recorren la Ciudad para juntar los residuos especiales y así evitar que los vecinos tengan que trasladarse en cada ocasión. Podés consultar su cronograma acá y también solicitar que se acerque específicamente hasta tu casa.
De esta manera, la Ciudad recolecta los residuos especiales de los vecinos y los deriva a tratadores especializados, que se encargan de reciclar los componentes que todavía pueden ser aprovechados y de disponer de manera ambientalmente correcta aquellas partes que pueden resultar peligrosas para las personas o el entorno.
La implementación de este sistema está demostrando su efectividad y los resultados se ven reflejados en las cifras: en 2015, se recolectaron 78 toneladas de RAEEs; en 2016, la cifra creció a 105 toneladas; en 2017, ascendió a 169 toneladas; y este año ya se recolectaron 183 toneladas de este tipo de residuos. Es decir que desde su implementación, la gestión de RAEEs permitió tratar unas 535 toneladas de dicho residuo.
Además, el Gobierno también cuenta con un programa de gestión de RAEEs específicamente orientado a aquellos aparatos que son propiedad del Gobierno porteño, pero que han sido dados de baja de su patrimonio.