Un grupo de estudiantes de la Universidad de Buenos Aires (UBA) creó PETIT, una máquina que las trituralas botellas PET para reducir el volumen en los puntos de acopio. Tiene la capacidad de almacenar hasta 40 kg de material, lo cual equivale a 2000 envases grandes.
El funcionamiento de PETIT es muy simple. Se vacía el líquido en una rejilla y se introduce la botella en la abertura de entrada. Esta es triturada y las escamas de PET son arrojadas en una bolsa de residuos que se encuentra en la parte inferior de la máquina. No es necesario retirar la tapa ni la etiqueta y se pueden introducir botellas plásticas no retornables de hasta tres litros de capacidad.
El nombre de la máquina está compuesto por "PET", por el material que utiliza, e "IT" como castellanización del verbo "eat", que en inglés significa comer. Mide 1,6 metros de alto por 45 centímetros de ancho y genera muy poco ruido. En su diseño, los estudiantes procuraron que tuviera una interfaz amigable y sencilla para que resulte más atractiva para los usuarios.
La idea es que PETIT se instale en espacios públicos y privados donde haya mucha circulación de gente. Se fomentaría así el reciclaje de las botellas PET, que tardan entre 100 y 1000 años en descomponerse. Por ahora sólo hay un prototipo de la máquina que está siendo mejorado. Se le añadirá un sensor al ingreso que permitirá asegurar que el material triturado no esté contaminado por ninguno otro plástico que reduzca la posibilidad de reciclarlo. También se desarrollará un segundo modelo que aplaste los envases. "Buscamos adaptarnos a distintas necesidades para la reducción del espacio del PET a recuperar", explica Sergio Fasani, uno de los desarrolladores del proyecto.
La máquina fue desarrollada por los estudiantes de Diseño Industrial Sergio Fasani,Milagros Gonzalez Alvarisqueta, Pilar Ferrando,Juan Manuel Cavia y Marcos García Mansilla. Se trató del trabajo final de la materia Tecnología de la cátedra Louzau de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la UBA. Para realizar el prototipo, los alumnos contaron con un subsidio del Ministerio de Educación de la Nación Argentina.
"La preocupación por el reciclaje y destino final de los objetos que consumimos resultó compartido por todos los que participamos de PETIT", destacó Fasani en una entrevista para Bepots. Además, agregó que debieron afrontar muchos desafíos: encontrar los proveedores correctos, brindar seguridad al usuario y un diseño amigable, simplificar la producción sin sacrificar funcionalidad, entre otros. Pero probablemente lograr reducir el tamaño de la máquina al actual fue uno de las mayores dificultades.
El objetivo es que los materiales triturados y aplastados sirvan para su posterior reciclaje en las distintas plantas de la ciudad. Actualmente, los desarrolladores de PETIT también le brindan asistencia con el triturado a colegios que realizan ladrillos de PET para que ellos puedan luego transformarlo.
Los primeros productos hechos con el material recuperado
Luciano Bochicchio y Sergio Fasani se aventuraron ya en el diseño de objetos fabricados con el material que permite recuperar PETIT. Su primer producto son lámparas. "Es nuestra intensión en un futuro poder acercar esta tecnología para transformar la molienda en objetos a las cooperativas de recuperadores para que ellos mismos puedan producirlos, agregando valor a sus materiales", señala Fasani.