La mala gestión de los desechos humanos, que son arrojados al mar, trae muchas consecuencias negativas sobre los ecosistemas acuáticos. De hecho, un estudio reciente encontró en peces los residuos de antidepresivos y antibióticos de uso común.
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¿Qué sabemos?
La amitriptilina es el antidepresivo más recetado para el tratamiento de la depresión y varias enfermedades neuropáticas e inflamatorias. Este, a su vez, es un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina que a través de los desechos, se encuentra en el medio acuático.
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La importancia de la investigación
Para esta investigación se plantearon indagar las alteraciones en el cerebro de la especie Sparus aurata -comunmente conocida como dorarda- luego de la exposición a una concentración ambientalmente relevante de amitriptilina, ciprofloxacin (antibiótico) y oxibenzona (filtro ultravioleta que se usa en cremas solares) durante siete días.
La investigación, titulada “La amitriptilina en una concentración ambientalmente relevante altera el perfil de los metabolitos más allá de las monoaminas en dorada”, se publicó en la revista especializada Society of Environmental Toxicology and Chemistry y estuvo liderada por la Dra. Haizea Ziarrusta de la Universidad del País Vasco (España).
“La falta de conocimiento en torno a la transformación y la biodegradación de los fármacos y de los productos de cuidado personal puede llevar a infravalorar los verdaderos efectos de la exposición de los peces a estos contaminantes", señala Ziarrusta.
¿Qué encontraron?
La investigación mostró que, a pesar de la ausencia de mortalidad o alteraciones en el estado de salud general, las concentraciones de amitriptilina ambientalmente relevantes pueden producir perturbaciones metabólicas significativas tanto en el cerebro como en el hígado de los peces en solo siete días de exposición.
“Es preocupante la concentración de este tipo de contaminantes, porque el consumo está aumentando y en las depuradoras no conseguimos eliminarlos, llegan hasta los peces y están cambiando su metabolismo”, alerta Ziarrusta.
Además, la investigadora explica que los contaminantes que estudiaron tienen efectos secundarios en el plasma, cerebro e hígado de la dorada como consecuencia de esta interferencia en su metabolismo.
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Fuentes:
Society of Environmental Toxicology and Chemistry