¿A quién se le ocurrió que era necesario prohibir la entrega de bolsas de plástico? ¿Qué puede tener de malo una ligera y útil bolsita que me simplifica la carga de mis compras? ¿Por qué incluso hablar de un Día Internacional sin uso de bolsas de plástico?

Por supuestas razones de seguridad, de higiene o practicidad, las bolsas de plástico de un solo uso se fueron convirtiendo en un accesorio obligado en nuestra vida diaria. Nos acostumbramos tanto a ellas que llegamos a pensar que las necesitábamos. Peor aún, llegamos a creer que no pasa nada si las usamos.

La realidad es que su consumo sí es un problema y grave. Basta revisar algunos datos para comprenderlo: se consumen 10 millones de bolsas de plástico por minuto en el mundo; en México se consumen 650 por persona al año y su tiempo de vida útil es de tan solo 12 minutos, después de eso, se convierten en basura que obstruye los desagües provocando inundaciones y gastos municipales en su mantenimiento; y cuando llega a los océanos, miles de animales pueden quedar atrapados en éstas o consumirlas y morir.

Un estudio de Greenpeace México (2020) encontró que de los residuos plásticos hallados en las costas de ocho áreas naturales protegidas mexicanas, el 8 % corresponde a bolsas. Lo anterior hace a este artículo el de mayor presencia entre los residuos encontrados, superando a las botellas (6%), a los equipos de pesca (6%), a las tapas (7%), a las etiquetas de productos alimenticios y bebidas (4%) y a los desechables de unicel (1%).

Al llegar a los océanos, las bolsas de plástico pueden causar afectaciones a la fauna marina, particularmente a las tortugas que llegan a confundirlas con su alimento (medusas), y el problema se agrava considerando que las bolsas plásticas, al estar hechas con combustibles fósiles, tardan en degradarse hasta cientos de años. Además de que al degradarse generan microplásticos que incluso se han encontrado en alimentos y bebidas que consumimos las personas (mariscos, sal de mesa, agua embotellada, miel, etc.), representando una posible amenaza para la salud humana.

Por todo lo anterior, en los últimos años hemos visto a nivel mundial y nacional diversas iniciativas para prohibir la comercialización o distribución de ciertos productos plásticos, incluidas las bolsas.

En México, 25 entidades federativas tienen alguna legislación de prohibición, de las cuales 24 contemplan la prohibición específica de las bolsas plásticas. ¿En tu país están prohibidas?

¿Qué opciones de bolsas son más ecológicas para hacer las compras?

A raíz de las prohibiciones muchos negocios han comenzado a ofrecer bolsas biodegradables, compostables, reciclables o con contenido de material reciclado, bolsas de papel, entre otras. Desafortunadamente, estas bolsas representan falsas soluciones ya que nos mantienen ancladas a esta cultura del usar y desechar, siguen generando residuos e incluso ocasionan otros problemas ambientales. Por ejemplo, las bolsas de papel pueden llevar a una mayar tala de árboles, mientras que las compostables y biodegradables también generan microplásticos y requieren de plantas industriales para aprovecharse una vez que se vuelven residuos.

Por lo anterior, la respuesta para combatir la contaminación por plásticos son las bolsas reutilizables. Sí, la reutilización es la opción más ecológica porque implica justamente eso, utilizar y utilizar lo que ya tenemos por mucho tiempo y muchas veces, para así reducir su impacto ambiental. Nada es más ecológico que usar lo que ya tenemos.

En este Día Internacional Libre de Bolsas Plásticas (3 de julio) es importante que las autoridades locales refuercen las prohibiciones en sus estados y municipios y hagan mayores avances hacia su completa y correcta implementación.

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Es hora de repensar nuestra relación con los plásticos y comenzar a decir ¡no gracias!